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sábado, 30 de noviembre de 2013

AQUEL VERANO Capitulo 9



Sin levantar la mirada, como buscando un adoquín concreto, Abundio caminó calle abajo resignado por lo poco que se esforzaba en poner orden en su vida. Por más que intentaba hurgar en su vacío existencial, no encontraba la más mínima fuerza de voluntad. De repente se había esfumado toda, quizás, según avanzara el día pensaría de otra forma; pero ahora ya pensaba más en el bar y en sus amigos. Aminoraba la marcha por momentos, como si inconscientemente quisiera retrasar tontamente lo inevitable. Sin parar de caminar, levantó la vista  del suelo y ya podía ver el bar al final de la calle. Seguidamente, dirigió la vista hacia el cielo y noto una gota de lluvia en su mejilla. Se podía ver un montón de nubes color gris oscuro que se iban amontonando en los montes que cerraban el valle, amenazando lluvia intensa. Volvió a acelerar el paso en un intento de evitar lo que iban a descargar aquellas nubes. Las gotas de lluvia cada vez eran más gruesas y  numerosas. A pocos metros de alcanzar la terraza del bar, desierta a esas horas, vio salir volando por la puerta, un taburete de los que había en la barra. Detrás del taburete, salió rodando por el suelo Ernesto, el cansino que se caso con la Luciana, y que la noche antes, Abundio le había vomitado encima. Seguro que El Gorgo estaba haciendo de las suyas, pensó Abundio. Con un último impulso, dio un par de saltos pronunciados y alcanzo la zona seca de la terraza del bar bajo el toldo colorido, y se planto delante de Ernesto. El hijo de la Maruja, maltrecho, se esforzaba para ponerse en pie y Abundio le tendió su mano para ayudarle. De repente Ernesto miro hacia la puerta del bar, volvió a mirar a Abundio y salió corriendo despavorido como si hubiera visto al mismo diablo. No era el diablo, sino El Gorgo que salía del bar frotándose las manos y con gesto de satisfacción.
--¿Qué pasa Abundio, porque has tardado tanto?—dijo, mientras observaba a Ernesto huyendo produciendo chapoteos en cada pisotón que daba.
--Bueno, es que he estado un rato en la ermita.
--Que jerséis más feos que te hacia la Aurelia hilando allí en la ermita—espetó El Gorgo sin venir a cuento—Venga pasa, que te he pedido una cerveza.
Estupefacto, Abundio entro en el bar y vio a su primo Woody en una esquina. Apoyado, se aguantaba la cabeza con una mano, mientras chorreaba sangre entre los dedos.
--¿Qué ha pasado?—Pregunto Abundio con cierto tono retórico, mientras de reojo veía su cerveza fresquita en la barra.
Tampoco es que tuviera demasiado interés en saberlo. Sabía que era la típica bronca con final desastroso para el primo. El motivo seguramente el de siempre. Tenía todo el día por delante para averiguarlo. Cogió su cerveza y se sentó delante de Woody a observar en silencio como le curaban la herida de la cabeza.
Los miembros del grupo de amigos, a menudo se veían forzados por El Gorgo a demostrar que tenían el valor que tienen los hombres de verdad. Lo malo es que El Gorgo pensaba que el valor de un hombre podía cambiar de la noche a la mañana. Cualquiera podía ser hoy un hombre valiente y al día siguiente un cobarde, todo dependía de que uno se aviniera o no a realizar las mismas gamberradas que él. Por otra parte, Abundio no debía violentarse mucho para imitar las machadas de El Gorgo pero el Woody sí. Y si a eso le añadías los arrebatos transitorios que sufría el primo, la respuesta a porque estaba ensangrentado seria de lo más absurda que pudiera imaginar.
Lloviendo se anulaba el baño en el rio y desde hacía años, los días lluviosos solo encontraban entretenimiento en el bar. Diversión que solía acabar siempre de la misma manera. Frente a la violencia gratuita con la que habían empezado el día los amigos, suponía una paz inusitada la lluvia que ya era muy intensa y que además parecía ir para largo.
En el pueblo de Abundio llovía mucho. Casi tres días de cada seis y en verano bastante más. En esa época, las tormentas no acertaban a escapar de los montes que rodeaban el valle. Llovía durante días, pero el pueblo estaba preparado para ello, hacia años ya se había encargado de ello don Anastasio, el alcalde. El valle se transformaba con tanta agua y se volvía más resplandeciente. Si había que ponerle un pero a tanta lluvia era que impedía durante días el baño refrescante en el rio. Lógicamente había que esperar que menguara en fuerza y volumen su majestuoso caudal.
Para el grupo de amigos, a temprana edad, los días de lluvia encerraban un encanto especial y peculiar. Eran los mejores momentos para hacer planes, para los mejores recuerdos y las más precisas recapacitaciones. No creaban, murmuraban, no actuaban, solo asimilaban proyectos. Largos ratos de charla, todo a media voz, protegidos de la lluvia bajo el techado que tenía el tío Genaro para proteger el heno que comían sus bestias rumiantes. Conclusiones y ensayos de sus vidas y de la vida del valle, que discutían como adultos escuchando el repicar de las gotas de lluvia golpeando la vieja madera que les protegía. Cada uno aportaba lo que sabia y era aprobado por el resto de amigos tajantemente. Era imposible estar más de acuerdo en todo. Debates intensos y sin ninguna mala intención. A pesar de que alguna de las conversaciones podía llegar a ser picante o incluso pecaminosa, la ingenuidad manifiesta, propia de su corta edad, absolvía cualquier pecado sin necesidad de penitencia.
Pero todo esto solo formaba parte del pasado. Una época en la que Abundio aun conservaba intacto su corazón. Indiferente ante lo que sería su futuro sin Alenka. Sin ninguna señal a la vista que le advirtiera lo que sería después una vida monótona y totalmente vacía de contenido.
Exactamente en eso se había convertido Abundio, en un animal de costumbres y con una sola mujer pinchando su corazón. Justamente la mujer equivocada. La mujer imposible, prefería pensar él. Ciego sin poder ver otra mujer, aun teniéndola delante, todas le recordaban a Alenka. Se acercaba mucho a lo que su padre definía como un desecho de persona y lo más triste es que era consciente de serlo. Era tan consciente que agarró la cerveza que había dejado en la barra para poder ayudar a curar la herida de Woody y la apuró de un solo trago. Pidió un licor más fuerte, a sabiendas que no era la solución para sus quebraderos de cabeza, pero que por lo menos le ayudaría a dejar de atormentarse por ellos.
Otro día perdido entre alcohol y tabaco. Callado, meditabundo, hambriento, triste y borracho, muy borracho, aunque no tanto como la noche anterior. Era el momento de la retirada, aun no balbuceaba al hablar o eso creía,  porque en realidad había abierto poco la boca a lo largo del día, como empezaba a ser costumbre en él. Sin decir nada se dirigió hacia la salida para no dar ninguna opción a sus amigos a convencerle para tomar la penúltima copa. Ya en la calle y decidido a irse, escucho como El Gorgo le llamaba.
--¡Abundio, Abundio, espera! Oye que tu primo a tratado de defender tu honor y como esta tan loco le ha metido a Ernesto un cabezazo, por eso yo lo zarandeé y le di dos sopapos.
--¿Mi honor? Vale Gorgo, déjale ya sabes que esta como una regadera.
--No te creas tío, en realidad lo ha hecho porque Ernesto estaba hablando mal de Alenka. Pregúntale cuando no esté tan borracho.
--Que dices, no se acordara de nada, como siempre. Me voy, vigílame al Woody, Gorgo.
--Tranquilo. ¡Ah! La Aurelia era una gran mujer y yo sé lo que querías a tu madre. Lo de los jerséis lo he dicho de broma para ver si podía hacerte sonreír, pero ya veo que no. —Dijo El Gorgo en un arrebato de sinceridad.
Sin contestar, Abundio se volvió a dar la vuelta y camino hacia casa evitando los charcos que había dejado la lluvia, ya inexistente.
Deshizo el camino del bar a casa de la misma manera que lo había hecho, mirando al suelo, casi sin levantar la mirada. No podía aun sentirse orgulloso de un cambio personal, pera era consciente de una mejoría. Abandonaba antes de estar completamente borracho y lo mejor de todo, Ernesto ya no le molestaría más.
Quién sabe, a lo mejor sí que podía conseguir que aquel verano, por fin fuera diferente.

domingo, 24 de noviembre de 2013

LIBERTAD VIGILADA



Se nos avecina una nueva machada de nuestros gobernantes si nadie lo remedia. Me refiero a la reforma de la Ley de huelga y la nueva Ley de seguridad ciudadana. Pero antes de dar mi opinión voy a dar algún dato sobre nuestros gobernantes. No de Mariano y sus secuaces, me refiero a los que nos gobiernan y nos han gobernado, en general. No solo estos merecen un buen bofetón.
Cuando hablamos de derecha e izquierda deberíamos saber de dónde vienen estas expresiones y si lo entendemos el resto será más sencillo. Los términos derecha e izquierda nacen  en Francia allá por el 1789 en la Asamblea Nacional Constituyente que surge después de la Revolución Francesa. Bueno, lo voy a explicar para los amigos, el que quiera datos exactos y corroborados que busque en un libro de historia. Pues eso, según recuerdo del libro de historia que estudie hace muuuchos años, en esta Asamblea se iba a votar cierto artículo de la Constitución. Los asistentes a la Asamblea discutían algo relacionado con el veto absoluto que seguía teniendo el rey en algunas leyes. Algo así más o menos, entonces de los asistentes que estaban a favor del mantenimiento del poder absoluto del rey se sentaron a la derecha de que presidia la asamblea y los que estaban en contra a la izquierda. No puedo explicarlo mejor, solo quiero resaltar las palabras “veto” y “monarquía absoluta”.
Sabiendo cómo nacen los términos políticos izquierda y derecha, veremos por encima que son cada uno.
A lo largo de la historia estos términos han ido desarrollando alteraciones y versiones según las necesidades de cada momento, diversificándose en varias vertientes. Es por eso que de derechas podría ser un demócrata cristiano que busca aplicar a su ideología el cristianismo (generalmente el catolicismo). También un liberal que apuesta por el libre mercado, aportando lo posible al Estado, todo lo público. De derechas seria también un conservador, defensor de todo aquello que sirve a la patria y receloso de lo que la degrada, apoyándose por supuesto en la moral cristiana y en la democracia en ocasiones (no siempre un conservador fue democrático). Por último dentro de la derecha hay tendencias y sistemas que van implícitos en esta manera de pensar como son el Tradicionalismo, el Capitalismo, el Imperialismo y porque no, también algunas dictaduras.
En el lado izquierdo es más difícil de explicar por el extenso entramado que hay. Está la izquierda democrática que es la que conocemos, generalmente desvinculada de políticas dictatoriales. Promulgan igualdades sociales y en ocasiones son algo críticos con el sistema capitalista, aunque convivan dentro de él. Por otra parte esta la extrema izquierda o también llamada revolucionaria. Es una ideología más radical y  se basan en movimientos comunistas nacidos en la antigua unión soviética. Ideólogos, que por su forma de pensar pusieron nombre a lo que defendían (Marx, Lenin, Stalin, Trotski y algún chino también) De ahí nació el Marxismo, Trotskismo y otros, que poco a poco han ido desapareciendo, salvo rara excepción.
Los movimientos sociales (pacifismo, ecologismo, etc.) también se les suele incluir dentro de la izquierda, pero con la diversidad actual, personalmente pienso que algunos de ellos solo son de izquierdas de tapadillo, porque hacen y dicen cosas de derechas. Por poner un ejemplo, el sindicalismo, que a pesar de que se podría incluir dentro de los movimientos sociales, a veces dicen cosas de derechas y hacer, no hacen gran cosa.
Dicho esto y olvidando el Anarquismo que como ideología, no tiene mucho futuro creo, voy a explicar porque quería insistir en esto de derechas e izquierdas. El país que nos ocupa, ha sido gobernado por las dos ideologías. Cada una de ellas ha barrido para casa, lo cual es muy lógico. Actualmente nos gobierna la derecha (si alguien no piensa así que me lo haga saber) y ¿Qué esta barriendo? Pues yo te contesto, todo lo que había que les molestaba o que no les hacia ganar dinero. Entre los mandamientos de la derecha esta “machacaras al trabajador por el mínimo sueldo”, “privatizaras todo lo público que sea posible” y “no escucharas sus protestas”. Vale, pues esto parece que quieren cambiarlo. Lo de las protestas me refiero, reformaran la ley de huelgas para que se cumplan los servicios mínimos. Todos sabemos que son ellos los que imponen los servicios mínimos y que en ocasiones son servicios máximos. Pues nada, a callarse y al que proteste le afectara la nueva Ley de seguridad ciudadana. Sin juicio ni nada por el estilo te pondrá un “multazo”, solo con tu carnet, para si tienes huevos, vuelvas a protestar. Hay que tener huevos y mucha pasta porque las multas que proponen son de aúpa. Cualquier policía te pedirá el carnet y te impondrá sanción administrativa y ya está. Policías que son funcionarios públicos y que están al servicio del ciudadano. Qué paradoja y además les recorto el sueldo Zapatitos en un 5 por cien. Creo que desde que llego la banda de PePe a las administraciones públicas ha ido clasificando al personal para hacer una buena selección de los que son más afines a ellos. Sin ánimo de menospreciar a nadie, si yo fuera antidisturbios (dios me libre) y me recortan el sueldo, repartiría porrazos, si ese es mi trabajo, pero estoy seguro que no lo haría con tantas ganas e ilusión. Esto se acabará con la nueva ley, para evitar multas la ciudadanía no se podrá manifestar, indignar, reprochar un porrazo policial, quejarse de una injusticia laboral, documentar gráficamente injusticias, quejarse en general y para resumirlo VIVIR COMO SER HUMANO DIGNAMENTE. Antiguamente esto era propio de dictaduras, pero lo van a maquillar para que no se note, como hacen con todo.
En mi opinión esto está en el límite de la inconstitucionalidad, pero no te preocupes, si se ven apurados reformaran también la constitución.
Hasta cuándo vamos a resistir para sobrevivir y pasaremos a luchar para vivir. El fin se acerca. El fin de todo lo que conocemos como libertad se acabará y llegará lo que nunca nombraran, LIBERTAD VIGILADA. Creíamos haber visto toda la represión legal posible en democracia, pues aun quedaba esto.
No hay salida y probablemente dentro de poco, esto que digo podría ser delito. Recuerdo que vi una quema de montones de revistas de El Socialista, la tarde del la jornada que Tejero irrumpió en el Congreso. No quiero pensar que pasaría ahora. Venga borrar archivos, comentarios en redes sociales y discos duros para evitar las multas o quién sabe, algo peor.
Hasta cuándo. Aun les quedan dos años y lo que venga después, vete a saber si no es peor.
Lo llevamos claro, pero la culpa es solo nuestra. ¿Qué vas a hacer tú? No me lo digas, independientemente que seas de derechas, de izquierdas o de nada, lo que se hace habitualmente; mirar hacia otro lado. ¿Qué voy a hacer yo? Pues seguir a lo mío mientras me dejen. Después, mirar y callar como todos.
En fin, solo pido que me dejen pensar en voz alta, ya no tengo fuerzas para mucho mas.

jueves, 21 de noviembre de 2013

ERASE UNA VEZ



Aun hay más. Me acusan últimamente de quejarme demasiado. Me acusan en el trabajo, porque me quejo de cosas del trabajo. De mi vida privada no tengo ninguna queja y si alguna vez la tengo, es sobre mi trabajo. Hay una explicación, aunque solo me interese a mí y quiero decirla porque soy consciente del peligro que corro si continuo con mi actitud.
Hace 28 años que me dedico al mundo ferroviario. He visto de todo y reconozco que durante años fue una profesión que me llenaba completamente. Hace poco más de diez años empecé a perder un poco esa ilusión, influenciado por mi inclusión en un ERE absurdo en el que me traiciono mi propio sindicato. Recorrido complicado desde entonces que culmino hace menos de un año en la hecatombe que provoco el último ERE manipulado en la empresa donde trabajo. Cuando repasas lo que te ha costado llegar a ser lo que eres, sientes una indignación bestial al ver en lo que te han convertido. No soy el único afectado, pero hace tiempo que estoy solo en esto. Todos miran y callan, aunque estén tan indignados como yo. Me he cansado de defender la importancia que tiene el trabajo que desempeño en una empresa que se dedica  al transporte de personas mediante trenes, algo que hasta el más tonto entendería porque me dedico a llevar esos trenes. De nada ha servido puesto que actualmente está más valorado la atención al cliente que lo que yo hago. Para conseguir este resultado han utilizado todo tipo de argumentos, a los que les han añadido más responsabilidad y menos remuneración para mi trabajo diario. Todo perfectamente argumentado con el calzador del miedo y la excusa de que no hay más remedio. Vivimos acojonados por no perder el trabajo y nos integramos sin rechistar en el rebaño, calladitos o resignados al escuchar esos argumentos de nuestros superiores. Sería más sencillo el pensar que no nos queda otra opción y hasta yo la acepto, para que negarlo.
 Durante esos 28 años he cumplido como el que más. Mi trabajo ha sido lo más impecable que he podido. Podría contar en todo ese tiempo menos de 30 días de baja laboral, miles de madrugones, favores e incluso la realización de tareas que no me correspondían y todo esto ¿para qué? Para nada, no ha servido para nada. Me han convertido en lo último de lo último. Asustado por intentar conservar el empleo, pero muy desilusionado. Hace tiempo que ni siquiera me planteo mejorar dentro de la empresa y mucho menos ahora con mi actitud. Estoy agotado de pelear, sin utilizar la violencia, sin artimañas sindicales ni protestas reivindicativas que vayan más allá de mis palabras. He tirado la toalla y desde hace meses sigo adelante, intentando no salirme mucho del rebaño, si esto ocurre y me achucha el perro del pastor, le arreo una coz con todo el cariño del mundo, intentando no caer en una acrimonia demasiado llamativa. Es muy complicado debido a la aspereza de mi carácter y de mis opiniones, total, nadie me toma en serio; ni ahora ni nunca.
Por ese mismo motivo he cambiado las formas de expresar mi malestar. Evidentemente nadie me toma en serio, me tratan incluso de loco o vete a saber que más cosas dirán sin que llegue a mis oídos. Me la trae floja, estoy más cuerdo que muchos de ellos, conozco de sobra el entramado de la empresa, cumplo fiel e impecablemente con mi trabajo a pesar de que pueda cometer algún error como cualquier humano y porque no decirlo, tengo más estudios que muchos de los que me critican. Estoy por encima de ellos menos en peloterismo.
Todos los mandatarios, directivos y jefecillos de mi empresa comulgan con el Teísmo, con la doctrina impuesta por el partido gobernante como único dios personal y providente, creador y conservador de la empresa. Religión sospechosamente impuesta a base de Burundanga. Defienden la empresa y sus métodos, por absurdos que parezcan, de  manera precisa, tanto que con el mínimo sentido común, les desmontas el argumento de un plumazo.
Esa es mi actitud. Intento desenmascarar a estos individuos para comprobar el nivel de afinidad que se espera de ellos por parte del dios o comprobar que cantidad de dosis de burundanga les han obligado a tomar, sosteniéndome en mi experiencia y antigüedad en la empresa. Cierto, es de tontos porque no consigo nada, pero es exactamente lo que me interesa que sigan pensando todos.
Todo lo digo de buenas maneras y sin intención de faltar a nadie. Hace tiempo que ando solo por este camino y soy consciente de las consecuencias, pero ya sería de recibo ponerme una mordaza y no dejarme expresarme con total libertad. Cumpliré lo mejor posible con mi trabajo, aguantare sus discursos hipnóticos, me esforzaré y sacare la mejor versión de mi, a ser posible con una sonrisa. Pero que no me pidan que lo haga con ilusión porque me la han pisoteado y machacado vilmente. Si alguna vez están interesados en que la recupere, lo tienen muy fácil. Que me devuelvan como mínimo el 15 por cien de la remuneración que tenia o que no me cuenten más milongas y que me ignoren. Venga, esto último parece más sencillo.
A saber lo que tienen pensado para mí. Nada bueno como continúe así.
Ya si eso me voy callando y me meto al rebaño otra vez.

martes, 19 de noviembre de 2013

EL TIO DEL LATIGO



Como siempre que tengo reserva, entre caminata y caminata para hacer maniobras, llega a mis manos la hoja parroquial, conocido también como Boletín de recursos inhumanos. Ya he tratado este tema alguna otra vez.
Hoy he desgastado tontamente mis huellas dactilares con el correspondiente al mes de noviembre. Solo me he quedado con un par de cositas relativas a lo del convenio y a lo de la nueva estrategia. Que poco me gustan los estrategas, yo soy más de disparar a saco y llevármelo todo por delante. A estas alturas dudo que exista alguien que le dé demasiada importancia a estas comidas de cabeza, pero ellos lo siguen intentando con una selectividad asombrosa en el uso de los vocablos.
Consideran EXIGIBLE y CONVENIENTE por ambas partes, afrontar con responsabilidad asuntos de la negociación como “distribución irregular de la jornada” “nueva clasificación profesional (estructura salarial, cambio de puesto) y sobre todo, regular los derechos de reingreso por incapacidad (ningún derecho a ser posible). Claro, todo esto implica cambios necesarios que deben ser analizados y consensuados. Esto es, resumido y a mi manera, el bruto del colegio que a la hora del patio, elige cuidadosamente a sus víctimas y les EXIGIA que le dieran el bocadillo, porque era lo más CONVENIENTE para no llevarse un sopapo. Era un cambio necesario, el que sufría el bocadillo, el que se quedaba sin él y el bruto que acababa comiéndoselo. Analizado y consensuado para evitar un sopapo.
Intentan venderme la nueva estrategia con el recurrente método, muy famoso últimamente, del charlatán “personal cátcher trainer”. Predicando que necesitan la mejor versión de ti mismo, constancia absoluta, confianza y estar satisfechos por el trabajo bien hecho. El trabajo bien hecho yo prefiero que me lo paguen como realmente vale, independientemente que yo esté satisfecho o no. Y espera, lo mas flipante, hay que estar satisfecho de nuestra Administración tutelante. Ya lo sabéis, tenemos que demostrar que se puede contar con cada uno de nosotros, VALORANDO  lo que tenemos y encima, aportar todo lo que puedas para que la empresa sea más eficiente.
Bla, bla, bla, la misma brasa de siempre con algunas palabras inventadas. La palabra tutelante no existe como tal, aunque ellos seguramente querrán darle un sentido relativo a “tutelar”. Yo creo que al decir Administración tutelante, se refieren al gobierno valenciano, por lo de los presupuestos y tal. Y si, lo está haciendo muy bien, despilfarrando en cosas más importantes que el transporte público. Si hay alguien que no le gusta, que sepa que es así porque no hay más remedio.
Insisten, VALORA lo que tienes (a mi me suena a amenaza), porque si te quejas mucho, mal asunto. Da gracias que conservas tu puesto y ni se te ocurra criticar que te bajamos el sueldo puesto que es para paliar las alternancias en la coyuntura económica, buscando el equilibrio y la estabilidad presupuestaria.
¡Burjsbleobed! Alguno ya se ha perdido, pues nada ya te lo explico yo a mi manera para que lo entiendas mejor.
“Movimiento estratégico” Han estado despilfarrando a troche y moche y por consiguiente alguien les ha dicho que ya está bien, no hay pasta y bajamos presupuesto. Todo lo que piensan las personas sensatas que podrían reducir gastos inútiles y funcionar mejor, les importa un bledo. A los directivos no les tiene que cambiar la vida una obligada estabilidad presupuestaria, por eso se lo quitaran a los trabajadores. Que se aguanten por haber vivido por encima de sus posibilidades. Se inventan lo del movimiento estratégico y hacen los cambios que les da la gana, jodiendo al trabajador, intentado dañar lo menos posible la cúpula directiva. Nos cuentan la película con palabras abstractas y frases rebuscadas pareciendo decir algo poco temeroso.
Cierto, no debería leerlo, como hacen la mayoría de compañeros. Pero debido a un problema mental que arrastro desde hace tiempo, me pone mucho leer estas sandeces. Me abren el espíritu empujándome a entenderlas a mi manera. ¿Seré un desconfiado? Puede, pero no suelo equivocarme mucho. Lo que me preocupa es ser el único desconfiado.
Parece ser que en sus cambios de puesto y estrategias diversas, pretenden crear una nueva categoría profesional. Se trata de la figura de “El tío de látigo”. No está claro quienes podrán optar a esta categoría, ni cuál será su nivel salarial. Creo que se las repartirán unos cuantos sinvergüenzas que viven del cuento, afines al partido y que estén carentes de escrúpulos. Qué pena, no me podre presentar, pero estoy seguro que pronto tendré a uno de ellos atizándome cerca. Lo digo porque yo aun soy de esos pocos que trabajamos. Sin olvidarme de dar la mejor versión de mi y con la más grande de mis sonrisas.
Pero a latigazo limpio.