Llegado este momento, siento la necesidad (que no la
obligación) de explicarme sobre ciertas cosas que creo importantes. En los
últimos meses me han sobrevenido una serie de emociones que no esperaba, la
mayoría gratas por cierto. He recuperado satisfactoriamente amigos de la
adolescencia y además, también he contactado
después de más de treinta años, con muchos compañeros de colegio cuando
aun estudiaba en EGB. Debido a la reciente apertura de un blog, en la que doy
rienda suelta a un montón de despotriques, quejas y cabreos en general, debo
hacer hincapié, otra vez, en algunos de
los motivos que me empujan a decir ciertas cosas que quizás algunos nunca
hubieran imaginado. Como ya he dicho no me siento obligado, cualquiera es libre
de leer o no mis desahogos escritos. Pero para todos esos amigos, familiares,
compañeros y en general, para todos los que me conozcan y puedan llegar a
sorprenderse; quiero decir que en ningún caso quiero contrariar o molestar a
nadie. Se de buena tinta que muchos no comparten mis opiniones y eso es bueno.
De eso se trata, no me cansaré de repetir que solo se trata de mi opinión, no
tiene porque ser la única, ni la buena, ni siquiera la correcta. Solo será eso,
mi opinión. Para otros puede ser
incorrecta, absurda, abstracta o simplemente opuesta a la suya. Es normal, pero
en ningún caso me gustaría molestar a nadie a propósito.
De vez en cuando también escribo cosas serias y sé que mi
nivel es limitadito, por eso todo está integrado en algo llamado literatura
aficionada. Aficionado y nada más, no creo que llegue muy lejos, pero tampoco
es mi intención. Mi intención inicial era animar un poco a la lectura, aunque
fuera breve y absurda. Vivimos en una época moderna en la que la tecnología y
toda la multimedia en general han apartado gravemente de nuestra vida los
libros. Por suerte no es definitivo, aun queda algo de cordura y es posible
encontrar muchas personas que saben disfrutar de un buen rato de lectura con
algún libro. Nos hemos acostumbrado a leer los titulares de las noticias y
ojear las fotos, pasando de largo las columnas de editorial y las explicaciones
de las noticias que no nos interesan, yo el primero por cierto. Últimamente
triunfan libros muy gordos de autores extranjeros y que se hacen famosos por los chismorreos que
se hacen sobre ellos en las redes sociales, generalmente por lo retorcido o
atrevido de la historia que cuentan. La prueba la tenéis con Las 50 sombras de
Grey. Cierto que cuenta una historia atrevida y picante que conforme avanza
puede llegar a crear adicción. No puedo discutir eso, la narrativa engloba tres
tipos de literatura escrita en prosa y uno de ellos es la novela, donde se
cuenta una o varias historias relacionadas entre sí, con un desarrollo más o
menos complejo según su extensión. Justo lo que es Las 50 sombras de Grey pero
en mi opinión el nivel literario con el que está escrito, tampoco es para tirar
cohetes. Según mi opinión claro, pero rascando un poco en mi singular utopía,
puedo decir que este libro ha servido para algo muy importante. A conseguido
que mucha gente, tenga por primera vez en su vida, un libro entre sus manos y
que además intente leérselo. Que luego lo consiga o no ya es otra cosa, pero
por lo menos es algo positivo.
Pues eso quería aclarar, solo es un pasatiempo que se me
ha ocurrido. Lo hago por pasar el rato, pero si además consigo que alguien lo
aproveche para pasar el rato también, pues mejor. El problema es que al haber variedad, algunas cosas puede que no interesen
a los que no trabajen conmigo o puede que algún amigo piense diferente cuando
me meto con ciertos políticos, sindicatos o incluso bancos. Puede que a alguien
le interese todo y también puede haber quien no le interese nada. Si eres de
borrar sin leer, los whatsapps largos de chistes o similar, ni siquiera habrás leído
hasta aquí.
Da igual, solo quiero que se sepa que siempre es todo de
buen rollo, excepto con aquellos que están empecinados en joderme la vida.