A veces me siento como Jim
Carrey en el show de Truman. Nada parece real, todo lo que me rodea es como una
puesta en escena. La gente, cercana y no, son actores con un papel de actuación
en toda la pantomima. Pero ya me he dado cuenta, me ha costado pero descubrí al
final el pastel. Solo tengo que encontrar la puerta de salida del escenario e
irme. No sé donde, lo más seguro es que fuera de este montaje no tenga nada
mío, nada a lo que agarrarme. Me da igual, con que sea real me vale. Intento
desquiciar a todo el mundo para ver si alguien se delata solo, pero no hay
manera, lo único que consigo es que me miren como si estuviera loco. ¡Jaaaaa!
Pues no estoy loco, lo que pasa es que notan que se algo y disimulan como
bellacos. No puedo entender que toda esta obra de teatro gire en torno a cómo
me arruinan la vida. No solo a mí, también a algunos de los actores, sin
embargo solo parece importarme a mí. Ya sé que parece una chorrada, pues además
de parecerlo, lo es. Pero ya no sé cómo decirlo, todo a mí alrededor parece una
farsa.
En este país la gente ni
siente ni padece. Últimamente nos vemos sometidos a ataques, manipulaciones
sociales y explicaciones totalmente torticeras. Tratamientos y formas de actuar
contra los ciudadanos claramente injustas, que no se ajustan a las leyes
interpretadas para el bien ciudadano e incluso que escapan a cualquier
razonamiento lógico. Haciendo un esfuerzo para argumentarlo a quien me escucha, solo
obtengo un reconocimiento apático que no me sirve o la contestación más
utilizada en los últimos tiempos---que le vamos a hacer---
Vale, es comprensible que
una chica se moleste si le llamas “rubia” pero por qué no molesta tanto si la
llamas morena. Hay quien va a comprar pescadilla y si le dicen que la traen de
Italia ya no la quiere. ¡La quiero de Valencia! Bien, hasta ahí puedo estar de
acuerdo, pero te lo argumento. Acaso la
pescadilla nos puede explicar los mares que ha surcado. Igual la pescaron en
Italia y unos días antes estuvo cerca de Ibiza. O puede que naciera por Málaga,
paso unos días en Ibiza y la acabaron pescando unos rumanos que iban en un
barco italiano, con patrón valenciano. Desconozco la vida y costumbres de la
pescadilla pero eso no es lo que importa, lo importante es que la pescadilla
sea de Valencia. Todo es irreal, nos han
lavado el cerebro y el sinsentido campa a sus anchas.
Un anciano debe ser
consciente de lo que firma cuando le engañan con las preferentes, pero una
privilegiada, puede firmar ilegalidades
y decir que no se entera porque estaba cegada de amor. Siempre se ha dicho que
el amor es ciego, por eso algunos se dan ostias bien gordas por no ver. Se
puede arruinar bancos, esconder fortunas a hacienda, ser político y tener
cuentas escondidas en Suiza, machacarnos para cargase nuestro futuro y el de
nuestros hijos porque despilfarraron el dinero público, pero que no pasará nada,
lo pagaran los ciudadanos aunque acaben tirándose por el balcón porque no dan más
de sí. Da igual, nos manifestaremos pacíficamente y protestaremos educadamente
mientras ellos se partirán el culo observando, porque saben de sobra que no les
va a pasar nada. QUE LE VAMOS A HACER. Ya lo he dicho, no he tardado mucho.
Así somos. Veo como en
Ucrania opositores contrarios al gobierno se arrancan la piel a bofetones
porque piden cambios. A tiros les responden. En Brasil protestan por lo que
gasta el gobierno en ciertas cosas para el próximo mundial de futbol que se
celebrará allí. A palos y con detenidos. En Turquía, protestas por censura en
internet, a palos también. En Venezuela, la que tiene montada el Maduro con argumentos,
a mi parecer, del todo absurdos por su parte. En Siria, el que manda, se aferra al poder a tiros. Hay mucho lio por
el mundo. No quiero decir que esté de acuerdo con esta violencia, pero dos no
se pelean si uno no quiere y en alguna de estas circunstancias también han
dialogado seguro, pero al final acaban a palos. Todos los que están a un lado
pensarán que tienen razón y los que están al otro lado también. Que complicado.
Aquí es más sencillo, simplemente decimos--- QUE LE VAMOS A HACER--- y arreglado.
Día tras día veo el eslogan
que reza NO ES PAIS PARA TONTOS. Pues no sé qué decir, a veces creo que es
cierto y debería abandonar, porque parezco el único tonto que se queja,
mientras a mí alrededor parece que no pase nada. Lo que sí parece estar claro
es que es país para tomarnos por tontos, por lo menos a mí. Puede que el problema sea mío, creo que vivo
en un país para “morrudos” y sinvergüenzas.
A ellos, parece irles mejor que a mí.