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lunes, 15 de junio de 2015

COMO MOLA MI TRABAJO 14 Alsthom 3900 Parte 1



Por diversos motivos, he ido retrasando esta reflexión y por eso he llegado a un punto que me veo obligado a cambiar el tiempo de conjugación del verbo intransitivo coloquial que siempre utilizo. Obviamente se trata del verbo molar (no confundir con pieza dental) y que siempre utilizo el presente de indicativo, hoy lo cambio por el pretérito imperfecto para decir, lamentablemente y esta vez  sin ironía, como molaban las 3900. Si, cuando empecé a pensar en esto, aun quedaban rodando por línea 3 un par de unidades de la serie 3900 que construyó Alsthom para FGV por el año 1995. Una de las dos que aun circularon hasta hace poco era la mítica 3916. Y digo mítica porque recuerdo perfectamente la guerra que dio esta unidad en concreto. Yo mismo me pase una tarde entera de reserva, de Rafel hasta Aeropuerto y vuelta, con dos operarios del taller, comprobando si la última operación a corazón abierto que le habían hecho solucionaba el problema. No recuerdo cual era el problema que tenia la 16, pero recuerdo que costó un montón dar con él.
No se equivoquen, esto es otra entrega de cómo mola mi trabajo. Aunque he crecido empapado de cultura ferroviaria y a partir de los 17 años calado entero de ferrocarril, mi espíritu ferroviario  ha desaparecido y nadie sabe como ha sido. Bueno, así podría ser una canción de Alaska, pero no estoy cantando, sé perfectamente porque desapareció mi espíritu ferroviario.
Cuando llegaron las flamantes 3900, yo aun era interventor. Muchos años hace de eso, pero como si estuviera viendo ahora mismo aquella súper cabina, con su asiento molón, pantallitas y botones por todos lados. Con aquel panel a la derecha, apagado pero que se podía ver la sombra de los botones donde ponía ATP, ATO o M+30 y que tenía dos botones donde ponía arranque ATO. Quien iba decir que sería ese panel cancerígeno y a pesar de varios trasplantes, acabaría con la vida útil de aquellos bonitos trenes.
Muchas cosas que digo, son difíciles de entender si no estabas allí. Si por la edad no conociste las Macosas o las mismas reformadas y que llamamos cariñosamente Alcoyanas. Si no sabes de qué te hablo, no vale la pena ni que te nombre los Belgas o el famoso Motor 505. Cuando yo vi la 3900, tuve esa sensación que seguramente tendrán de forma constante los llamados Amigos del Ferrocarril. Una pasada, de ir en carro a tener un Ferrari. No estoy exagerando. En otra línea ya hacía tiempo que disfrutaban de las UTAS, también llamadas Tipo 60 y que yo solo podía disfrutar como viajero. Años después todos lamentamos que pudieran llegar hasta 80 Km/h. Pero de ese tema no pienso opinar.
Cuando llegaron las 3900, yo era un analfabeto en cuanto a sus detalles técnicos puesto que aun era Interventor en Ruta, así que no me arriesgare en dar datos de conducción para no meter la pata, pero sí recuerdo que funcionábamos con Bloqueo Telefónico y todos, he dicho todos, conocíamos los pormenores del Reglamento de Circulación de toda la vida, sin anexos ni procedimientos  “quita responsabilidades” ajenas. Eso sí, recuerdo perfectamente el volumen exagerado de la música ambiente los primeros días y el fresquito del aire acondicionado. El típico caos de las inauguraciones. La campanita y la voz anunciando la próxima parada. La “ñ” en los teleindicadores, escritos en valenciano supuestamente. Pero sobretodo, recuerdo la evolución tecnológica y bienestar laboral que supuso incluso para los que no las conducíamos.

Mi gozo en un pozo, poco después fui desterrado a otra línea en la que nunca encajé, debido a un cabreo laboral que empezaba a tener enquistado. Años después, harto de dar vueltas en el tiovivo, volví a línea 3 y allí estaban aun las 3900. Nuevecitas y con un coche remolque más, seguramente porque alguien tomó mal las medidas y dos unidades acopladas no cabían en los andenes.
Novato y sin experiencia en trenes de verdad, ya pude ver una mejora significativa en las 3900, habían quitado el cenicero que había en la cabina de conducción. Poco más se podía mejorar porque, para que mentir, las 3900 eran la máquina perfecta. Vale, puede que estés pensando en aquel fallo que te dejaba tirado a final de trayecto, el contactor de tracción. De acuerdo, pero a ojos cerrados lo cambiaba por muchos fallos que surgen ahora en trenes de “última generación” o sea, las 4300 y que dan para otro ensayo, pero irónico y de cachondeo como bien merecen esos trenes.
Los trenes Alsthom de la serie 3900, en manos de un maquinista normal y sin necesidad de ser muy experto, transmitían una comodidad al pasaje (si este lo merecía) que no se puede explicar brevemente. Una tracción uniforme con detención suave, apoyada por un freno de parada. Cuenta la leyenda, que solo tenían averías los primeros días que las conducían maquinistas novatos. Después de las practicas y la habilitación, el espíritu de las 3900 avisaba los primeros días que conducías solo, con alguna avería sin demasiada importancia. Rara vez, en aquella época, te quedabas tirado y con necesidad de remolque. Aun recuerdo como sonaba en boca de aquel Técnico aquello de “RUNBACK”. Y que no te cuenten milongas, yo te puedo asegurar que una 3900 parada a mitad de túnel entre Colon y Alameda, podía mover y subir la cuesta con un ETF solo.
Entonces, que pasó para que esas unidades fueran condenadas a oxidarse en vías secundarias de Valencia Sud, con tan solo 17 ó 18 años rodando por las vías. Pues es muy sencillo, pero esta vez daré mi opinión clara y rasa. Nada de política, basándome solo en mi experiencia y en opiniones recopiladas de personas muy conocedoras de lo ocurrido, las cuales no voy a nombrar para no traicionar la confianza que me depositaron contándomelo. Sera difícil resumirlo, pero lo intentaré.
Les pusieron el ATO y las destrozaron.

Continuará…
NOTA- La foto mal hecha es mia, la de la 3902 no recuerdo de donde la saqué. Si el autor no queria que le pasara esto, debería haberla firmado. En cualquier caso, le pido disculpas si le molesta.

sábado, 13 de junio de 2015

COMO MOLA MI TRABAJO 13 Mas confort



Durante nuestra vida nos hacemos innumerables preguntas o las hacemos a terceros en busca de respuesta. Muchas de ellas tienen varias respuestas y solo nos vale una o simplemente elegimos la más nos interesa. Yo siempre me he preguntado porque todos los dinosaurios que vemos en dibujos, películas, etc., tienen ese color. Creo que solo se han encontrado huesos, pero puede que exista algún método científico que demuestra que tenían ese color ¿Por qué no eran rosas o amarillos? Luego hay otras preguntas que jamás me serán contestadas, como el sonido característico que tienen las naves espaciales en las películas ¿acaso alguien ha oído alguna? La imaginación, me dirás tú. Vale, pero yo soy más de diccionario de la RAE. Por eso, he buscado algo que me intrigaba ¿Qué significa confort?
Confort.
(Del fr. confort, y este del ingl. comfort).
1. m. Aquello que produce bienestar y comodidades.
Esto es lo que dice. Si es así, vuelvo a exclamarme a mí mismo ¡como mola mi trabajo! Pero es que no te puedes hacer una idea. Ahora me dirás que ya te lo he contado, pues espera que hay algo nuevo.
Con el precedente de que hace unos años, donde trabajo, encontraron la panacea para todos los problemas del mundo mundial. Bueno, igual me he pasado, pero así fue la publicidad que lució el invento en cuestión. No lo ves, pero pronto la sentirás... Bla, bla, bla, voy a obviar esta parte, se puede consultar en entregas anteriores. Hay varias que tratan el tema del maravilloso mundo del ATO. Buscaron cuatro palabras clave para definir la sensacional innovación y transmitirlo al resto de mortales, como si fuéramos tontos. Que no lo somos, pero ellos nos tratan como tontos.  
Una de las cosas más importantes que hacen que me mole tanto mi trabajo, es una empresa que estos últimos años no ha escatimado ni un céntimo a la hora de incorporar mejoras de todo tipo, todas encaminadas a mejorar el servicio que presta. Lo que no mola tanto es que la mayoría de esos céntimos nos los quitaron a los trabajadores, pero no pasa nada, les preguntaron a los sindicatos y dieron el visto bueno. No voy a hacer más leña respecto al tema de la conducción automática de trenes ATO, reconozco que la idea no es mala del todo, mientras no me afecte demasiado antes de jubilarme lo asimilo y punto. Incluso si me apuras, tendría su lado bueno si no ocurriera otra de las cosas que también molan mucho de mi trabajo, los encargados del proceso (idea, presupuesto, instalación, prueba, mantenimiento, puesta en marcha, etc.) no tienen ni idea de trenes, ni de conducirlos y ni tan siquiera de viajar en ellos. Este aspecto no debería tener importancia, ya que esos individuos serán expertos ingenieros, economistas y doctorados en general, pero sí que la tiene porque es una empresa de trenes que transporta personas.
Antes de que me digas que me quejo por vicio, voy a intentar dar mis argumentos, pero que quede claro que como siempre, solo es mi opinión. Irónica si quieres, pero solo una opinión.
CONFORT era una de esas palabras utilizadas para avalar la conducción automática. Ya hemos visto el significado de dicha palabra según el Diccionario de la academia, que produce bienestar y comodidad. Seguramente, muchos están pensando en la comodidad que se siente en el trayecto comprendido entre La Cova y Rosas. Lo comprendo, seguro que es la misma sensación de comodidad que sienten muchos de los que van sentados detrás, escarchados por el bienestar que produce el aire acondicionado. Seguramente, alguno de ellos experimenta un confort que desconocía y siente unas ganas enormes de darte un abrazo. Puede que me este equivocando y con confort se refieran a esa marcha pausada y somnífera que experimentas de Ayora a Marítimo, unido al bienestar que produce ver como se te escapa el Tranvía por entrar chafando huevos. Aquí el abrazo lo tienes asegurado. La cortesía y respeto de los clientes también mola mucho en mi trabajo. Esta comodidad es muy similar a la que se puede notar de Benimaclet a Facultades, normalmente con destino Avenida del Cid. Aquí la diferencia es que el bienestar viene producido por el acelerón que da en la punta del andén, cuando ya no hace ninguna falta y justo cuando se levantan todos para bajarse. Espera, espera, igual se refieren a la comodidad que se siente al acelerar automáticamente hasta justito la misma velocidad máxima permitida, ni un Km/h menos, para tener que frenar enseguida porque vas cuesta abajo. Súmale el bienestar que produce si se pasa un simple Km/h de esa velocidad  y se produce un frenado de urgencia, ni punto de comparación seria poner un par de Km/h de tolerancia para poder rectificarse; él solito claro, para eso es automático ¿no? Que tonterías digo, eso es incomodo y produciría malestar.
Seguramente he olvidado alguno de esos momentos donde se puede experimentar a flor de piel el confort de la conducción automática, espero que también las disfruten los que van sentados detrás de mí, porque principalmente, el ATO es para su confort. Solo hay una cosa que produce más comodidad y bienestar que la propia conducción automática, pero solo puedo disfrutarlo yo. Se trata del trozo madera, con espumita y forrado de skay, que puedo disfrutar en la cabina de la 4334 y alguna otra creo.
También barajo la posibilidad de que este equivocada la definición de confort en el diccionario de la lengua española. Lo digo porque si buscas Dios en ese diccionario, hay muchas definiciones pero no encuentras ninguna que ponga:
Dios.
(Del lat. deus).
1.      m. Sentimiento que experimenta el señor de la ITV que esta con tu coche, cuando descubre que te puede arruinar la vida.