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sábado, 10 de octubre de 2015

EL MAGICO INFLUJO DEL FACEBOOK Parte 2



No creo que este en cifras de record, pero creo que soy una de las tres o cuatro personas del planeta que tengo menos de 25 agregados al facebook. Hasta el más ignorante tiene más de cien. Justamente por eso es algo que no consigo entender.
¿Qué pasó? Para que se creara todo este tinglado. Tengo que decir que yo llegué tarde a esto del facebook, la gente ya estaba muy curtida y quizás por eso no pillé el caldo que cogieron algunos. El ansia viva de las solicitudes de amistad me llego tarde y con los pies en la tierra. Lo más lamentable es que aun sabiendo que no es nada malo, todos (me incluyo aunque solo tenga 22 amigos) hemos forzado una globalización que solo soy capaz de interpretarla como algo malo. Ahora mismo, hay usuarios del facebook que tienen tantos amigos, que es posible que un tío de Yichun, un pueblo de China, habrá su cuenta de facebook y le aparezca en un lado—PERSONAS QUE QUIZAS CONOZCAS Lolailo Calatrin 2 amigos en común—Y puede que ese tío sea uno de esos que diga--¡Ostias, le voy a mandar una solicitud de amistad—en chino, claro está. Además, hay quien se cree que tiene un montón de amigos y lo que tiene son agregados, cansinos, marujas, tocacojones, mezclados entre los pocos amigos de verdad que también tienes. Ni cuando empezó el ansia, ni en la actualidad, podrás evitar que las personas en general sientan curiosidad. Bueno más que curiosidad es marujeo, cansineria, tocacojones, relaciones absurdas, recuerdos que por algún motivo borraste de tu memoria y generalmente mucha falsedad. Si me pongo a pensar, seguro que encuentro alguna cosa buena de estas mierdas, pero eso, si me pongo a pensar y ahora no tengo ganas. Lo bueno que pudo tener para mí fue breve y fugaz, pero reconozco que si lo tuve.
Es cierto que el facebook ha pegado un bajón, van apareciendo redes sociales nuevas y otras las mejoran, lo que hace que algunas pierdan su morbo inicial.
Hoy en día cual puede ser el mayor temor al que se encuentra una persona ¿quedarse sin trabajo? ¿Perder a alguien querido? ¿Terrorismo, corrupción? Nada de eso, hoy lo peor que le puede pasar a alguien es dejarse el teléfono en casa. Después de eso estaría, quedarse sin batería, dejarse el cargador, que no haya cobertura y cosas por el estilo. No, es por si me llaman, me dirás tú ¿Si te llaman? ¿Quién? ¿Belisario el de Vodafone para hacerte una oferta? ¡Vamos, venga ya! Para esas llamadas está el fijo de casa. Intenta recordar cuándo fue la última vez que lo descolgaste y para qué. Vaya por Dios, no te acuerdas.
También habrá quien me diga—yo hace meses que no entro en el facebook—Cierto, así hay muchos, pero ahora busca si hay alguno que se le haya olvidado la contraseña. Uno o dos como mucho.
No pasa nada, todo esto está bien. Actualizo la foto de perfil, ahora no solo del facebook; importantísimo de la muerte actualizar la del whatsaap, telegram, twiter, instagram…, pongo morritos, sonrió, busco la foto mas simpática, antigua o actual, la que más buen@ estoy, la más natural, la que sea, pero hay que cambiarla porque si. Que si, que todo esto está muy bien, pero los feos lo tenemos más complicado, somos más de fotos de los hijos guapos, florecillas y esas cosas. Luego publicamos fotos de paellas, barbacoas, desfases… en chalet o casita en el campo, de fiesta loca, que jamás en la vida me la podrás igualar,  porque yo soy el más guay y me voy de fiesta con mis agregados o cuento lo aburrido, cabreado, indignado… que estoy.
Nada, disfruta de tu facebook mientras yo cuelgo estas mierdas que reflexiono en el muro del mío ¡Espera! será allí donde has encontrado este rollo ¿ te lo has leído hasta el final? Pues entonces mejor me callo.
Enhorabuena, ya hiciste algo diferente.