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jueves, 1 de enero de 2015

PENSAR EN UN FELIZ 2015



No sabes cuantas veces últimamente me planteo la opción real de dejar de pensar. Pero dejar de pensar en las cosas que me perjudican anímicamente. No me refiero a acercarme peligrosamente a la frontera de la insensatez. Quiero decir, abandonar cualquier razonamiento lógico, aunque sea basado en la utopía, en la búsqueda de alternativas a la realidad abstracta, esa realidad forzada que se empeñan en imponernos muchas veces. Solo me genera opiniones estériles carentes de un reconocimiento mínimamente consistente.
Ser como un androide biológico, programado como esas maquinas que contestan al otro lado del teléfono para darnos varias opciones. Esas de las cuales no vale ninguna y siempre elegimos la ultima—Para cualquier otra consulta pulse 5—
Lejos queda aquel tópico que utilizaba conmigo mismo—no pienses que me acojonas--. Poco a poco me va impregnando la resignación general que me rodea, fruto de un ataque masivo de lavado de cerebro y otro tipo de cosas muy difíciles de esquivar. Cosas que nos bombardean a través de medios de comunicación y redes sociales, que consiguen que cualquier razonamiento lógico sobre algo, quede en agua de borrajas o como predicar en el desierto, para ser más exacto.
Claro que no, claro que no soy el enviado para abrir los ojos de la gente. Reconozco que ha habido momentos que sí que lo he pensado, pero solo porque veía el chanchullo o posible chanchullo, pasar por delante y nadie hacia nada, ni siquiera yo, creía que era el único que se estaba dando cuenta del engaño e inconscientemente intentaba avisar--¡cuidado, cuidado, que nos la cuelan! Pues no, me equivoque de opción, debí mirar hacia otro lado.
 Es más sencillo ver la vida pasar ante ti, pero preocuparte solo por la tuya, porque la vida es nuestra y solo nosotros decidimos como vivirla, el resto no importa (parece una letra de Sabina, sin embargo es de Metallica). Convivimos generaciones diferentes, algunas de ellas viven tiempos duros, sin ilusión, sin un futuro claro. Cuando veo macro botellones o cosas por el estilo, me esfuerzo en pensar que no todo es así. Pero resulta curioso que se pongan de moda ciertas cosas, para que un determinado número de gente se aparte de la realidad, de su realidad. ¡Ojo! No quiero generalizar, divertirse esta dentro de la condición humana. Lo que no veo claro es que la diversión acabe siendo un problema para un chaval que tiene toda la vida por delante.
Para los que manejan los hilos es mejor que no pensemos, así ellos funcionaran sin problemas.
Cansado de dar palos de ciego, me planteo el nuevo año de otra forma. No voy a pensar, voy a opinar. Aunque mi opinión no le guste a nadie, aunque no esté acertado, aunque a alguien le reviente reconocer que opina igual y aunque me quede solo, esto último no sería ninguna novedad.
 Porque lo cotidiano no me asombra, sin llegar a ser un paleto perfecto; el cual no se asombra por nada, ni siquiera de su propia estupidez. Yo soy capaz de ver esa estupidez, pero como ya saben, la tontería humana es inagotable y tengo opiniones para rato. Al que no le guste ya sabe dónde está la puerta para salir.
Me gustan los trenes y el tema ferroviario, pero opino que en el metro de Valencia no hay nada de eso. Me gusta Metallica, pero opino que poco a poco se han ido convirtiendo en unos sosos y moñas.
Algo que no es una opinión y que lo pienso de verdad, os deseo a todos, menos a 3 ó 4, un Feliz 2015 y lo que siempre opino, para mejorarlo no es necesario mucho esfuerzo.
Ojala se cumplan vuestros sueños, menos el de que me calle, ese no se cumplirá.

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