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jueves, 26 de febrero de 2015

JA FA CALORETA



¡Hay el caloret! No, no, tranquilos, no voy hacer una broma más sobre el desafortunado momento. No quiero hacer más leña de la que ya se ha hecho, sería demasiado fácil. No es raro en Valencia, encontrarte con alguna “espardenya” aleatoria, aquí somos así. Yo soy natural de la Safor y este fenómeno tiene incluso nombre. La persona que habla así el valenciano y aunque le adviertas se empeña en hablarlo, se les llama “churros o pixavins”. Cada comarca les bautizará a su manera probablemente. Pero yo me pregunto ¿Qué falta hace, es necesario ese despropósito? A mi parecer seria más sencillo hablar en castellano y punto, pero seguro que alguno me llamará insolidario, por no darles la oportunidad de aprender.
Cuando has estado en diversos lugares de la geografía nacional e incluso permanecido un periodo largo en alguno de ellos, descubres que en cada sitio tienen su manera de ser, para lo bueno y para lo malo. Sin embargo, estuve mucho tiempo en Oviedo, incluso en zonas rurales y rara vez escuche a nadie hablar en bable. Un año estuve en Bilbao y aquí sí que oí bastante el euskera, pero por lo general, se hablaba en castellano. Eso sí, en ambos sitios, aunque se hablara en castellano, distinguían que el mío no era el castellano de por allí. Pero eso es harina de otro costal.
Antes de continuar quiero recalcar que yo soy valenciano y pienso en valenciano (cada vez menos por desgracia) y lo traduzco mentalmente para hablar en castellano. A los valencianos de nacimiento me dirijo para que hagáis esta prueba. Probad en qué idioma pensáis, sacáis cuentas mentales o soñáis en valenciano, si es que sois capaces de recordar los sueños. Debido a nuestra forma de ser (algunos piensan que somos más educados que los catalanes, pero habrá de todo) durante años he observado una tendencia clara a invertir esto que he dicho. Incluso yo, natural de la Safor, cada día parece que me esfuerce más en traducir mis pensamientos en castellano, para hablar en valenciano. O sea, al revés de cómo lo  hice toda la vida. Hace años tenía problemas alguna vez para saber cómo decir alguna palabra en castellano, ahora al revés y creo que es debido a esta forma de ser, en ocasiones forzada. Me explico.
Los primeros inconvenientes ya vinieron desde bien jovencito. Aunque el valenciano no estaba en televisiones, colegios y sitios que ahora los encuentras normalmente, estaba en el día a día. No soy capaz de imaginarme hablando en castellano de pequeño con los amigos, en casa con mi familia o por la calle del pueblo donde vivía. ¿Era ese el valenciano autentico, el oficial? Pues no lo creo, pero sí que nos considerábamos auténticos valencianos.
El problema es estar en Madrid en un grupo de gente de varios sitios de España y dirigirte a uno de ellos, valenciano como tú también, y hacerlo en valenciano, sin querer, por inercia, como lo hubieras hecho en tu pueblo. Eso lo he vivido yo y puedo asegurar que no es agradable. Me dijeron de todo, hasta checoslovaco y la verdad, igual tenían razón. Seguramente ellos también querían saber lo que decía, aunque se lo decía a un valenciano y a nadie más. Culpa mía, es posible. Al final, tienes que estar solo con ese amigo, para dirigirte a él en valenciano. ¿Te puedes hacer una idea de lo absurdo que te sientes? Hablarle en castellano a alguien que siempre le hablaste en valenciano y encima lo hacías inconscientemente. No es bueno para la salud.
Eso quería decir, lo que pasa es que me disperso. Es malo para la salud, sobre todo mental. Acabas pasándote al castellano, tratando de evitar el esfuerzo de muchos para contestarte en valenciano, sin ser necesario. Es más, si puedes intentas evitar la primera “espardenya”, un buen valenciano las ve venir en cualquier conversación.
Lo más sencillo seria, hablar en valenciano el que sepa y contestar en castellano el que no sepa. Pudiendo entablar una conversación fluida y sin diferencias, tu castellano y yo valenciano. Los catalanes lo hacen con toda normalidad, lo que les ha llevado a convertirse en posibles maleducados para mucha gente. Bien, yo no pienso así, creo que si vas a cualquier sitio de España y te hablan un idioma que no entiendes, lo más normal es pedir si por favor te pueden hablar en castellano y si es que no, tienes toda la autoridad moral de llamarlo maleducado; antes creo que no. Un holandés que me encuentre en el centro de Ámsterdam, no puedo llamarle maleducado por hablarme en holandés; pues lo otro lo parecido.
Aquí en Valencia, pues somos así. No se valenciano, pero como me hablan en valenciano, pues lo intento y en muchas ocasiones lo destrozo. Que si, que ya sé que si no es así, nunca lo aprenderás. Tienes razón, de todas formas, como se ve que ya hay uno oficial, muchas veces digo algo como lo dije toda mi vida en valenciano y está mal dicho. Según el oficial del Salt, claro está. ¡Ah! Una cosita antes que me olvide, si se os ocurre traducir algún texto con el Salt, leerlo bien luego. Ahí he visto yo destrozos del valenciano muy importantes, sobre todo en pregones de fiestas y cosas parecidas.
No es más valenciano el que lo habla, ni el que aplaude las “espardenyas”, ni es menos el que las critica o el que habla en castellano. Es lo que tiene esta tierra, los valencianos somos únicos, como únicos los que nos representan y estos con suerte, en peligro de extinción. Lo malo es que vendrán otros parecidos o peores, esto tiene mala solución.
Me da igual, como ya viene el caloret, me relajare por aquí con un bocadill de jamo y ques i si no se parlar el valencia, pos me la bufa, perque si no parlo be el valencia, es perque no vulgo, que bien que sapo.
Pensa en el servell i cagat en el servici, de tota la vida.

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