Ya casi había alcanzado el modo “stand by” espiritual
cuando, de repente, ocurrió algo. Me han atrapado los efluvios provenientes del
extractor de uno de esos locales regentados por personas con bigote. Esos donde
se confeccionan bocadillos enrollados y cuyo principal ingrediente es una carne
muerta en una especie de bloque, la cual trocean con una afeitadora. Doner
Kebab, creo que se llama. El intenso y embriagador olor me ha provocado un
vacio temporal en la realidad sobre la que me apoyaba. Se ha producido una
enorme grieta que he tenido que saltar, con la mala suerte o mejor dicho, por
un error de cálculo en el salto, he vuelto a caer otra vez al rincón de la
utopía de mis pensamientos.
¿Qué somos realmente? La sensatez me dice que somos seres
inteligentes con capacidad de decisión sobre ciertos acontecimientos que nos rodean.
Pero la realidad que observo me hace pensar algo muy diferente. Pienso que
estamos concienzudamente manipulados desde el principio de los tiempos
conocidos. Una manipulación materialista que nos ha obligado a vivir con unas
necesidades, que también han evolucionado a la par que nuestra especie. Somos
esclavos de unas necesidades, que escarbando, probablemente no necesitemos.
Pero esto creo que no es de ahora, son siglos de manipulación invisible para
tenernos comiendo de su mano.
Evidentemente el miembro de una tribu del interior de la
selva amazónica, jamás tendrá la necesidad, por ejemplo, de tener un teléfono móvil;
probad alguno de vosotros a salir de casa sin móvil, ya me contareis. O más
absurdo aun, imagina que te deja de funcionar el Whatsapp durante una semana.
Siiii, ya sé que no te ibas a morir, pero seguro que mueves cielo y tierra para
que vuelva a funcionar. He visto hacer muchas tonterías cuando deja de
funcionar el Whatsapp, incluso pagaremos si es preciso, solo porque tenemos una
necesidad. La necesidad de utilizar esa creación, aunque sea para hacer el
tonto, yo el primero. Por suerte, este tipo de necesidades, cuando las evitas
un tiempo llegas a perder la necesidad y te centras en otras necesidades;
posiblemente más innecesarias aun. Si bien alguien me dirá que puede vivir sin móvil,
puede ser, pero solo conociendo un poco a quien me lo diga, soy capaz de
decirte cuáles son tus necesidades y no necesariamente tienen que coincidir con
las mías u otras.
Para que no se me entienda mal, no hablo de necesidades tecnológicas
en concreto. En la Edad Media tendrían otras necesidades, como en cualquier época
de la historia, además, las necesidades con las que vive el ser humano, no
tienen porque ser materiales. Me explico ¿realmente necesitas un móvil? Ahora si,
por supuesto. Pero necesitabas un móvil cuando ibas al instituto en el año 83.
Claro que no, ni sabias que era eso. La necesidad de tener móvil requiere un
proceso anterior, difícilmente controlable y que culmina cuando, necesariamente,
te lo tienes que comprar. La clave del proceso que convierte el móvil (ejemplo)
o cualquier otra cosa (material o no) en necesidad, está en que esa necesidad hay
que satisfacerla a ser posible. Siempre están los que se benefician, hacen
negocio o consiguen poder a cambio de satisfacer nuestras necesidades y siempre
son los mismos. Independientemente de la época de que hablemos, suelen ser los
mismos, pero no seré yo quien les ponga nombre. En época de hambre, te venderán
el chusco de pan. Si hay bonanza, te venderán los caprichos y si todo se va a
la mierda, te venderán la tirita para tapar la herida, pero antes te echaran
vinagre y sal gorda dentro, si eso les beneficia. Una vez sanen las heridas no
se que nos venderán, pero ya se encargaran de que necesitemos algo. Serán los
mismos en todas las situaciones y entre ellos, conservaran ese privilegio generación
tras generación. Los mismos nos harán comulgar con ruedas de molino o
intentaran convencernos de que los burros vuelan. Un parche de nicotina o una
casa en la playa, material o espiritual, ya se encargaran de que sientas necesidad
de algo que ellos te proporcionaran.
Si nos trasladamos más concretamente a la sociedad
actual, todo es más simple. Somos un rebaño, en el que me incluyo, muy fácil de
manejar. La principal necesidad del ser humano actual, es el dinero. Nos proveen
o no, de lo necesario para conseguirlo. Necesitas un empleo, una pensión o
paga, vender algo, robar incluso. Con el dinero necesitaras comprar o hacer
algo, aunque realmente siga siendo en ocasiones innecesario. Aunque el dinero
sea para guardarlo, seguirá siendo una necesidad (para tu futuro, el de tus
hijos, etc.) y se cerrara el círculo vicioso. Estaremos dentro del circulo,
salvo alguna rara excepción, siempre la hay (anacoreta, hippie, etc.) Para
estos que resisten, crearan otras necesidades diferentes tales como, futbol,
motociclismo, pintura, lectura, formula 1, etc.
¿Se puede vivir sin ninguna necesidad? Es posible, pero
para el miembro de la tribu que he dicho al principio. Quizás por eso cada vez
quedan menos tribus perdidas.
Yo, con este olor, siento la necesidad de comerme un
Kebab de esos. Si no me lo como, no moriré, al contrario, puede que viva mas
años. Pero de lo que estoy convencido es que antes o después me lo comeré, sin
necesidad de hacerlo.
Con un simple olor he dudado ante la necesidad de hacer
algo que, ni por asomo, es necesario.
Imagina lo que se puede conseguir con poder.
El que diga—yo no necesito nada—no sabe lo que dice. También
puede que yo esté equivocado y necesite cambiar mi pensamiento. De momento, no
siento esa necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario