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miércoles, 11 de septiembre de 2013

CHARLATAN



¡Vaya por Dios! Estos siguen igual. Vuelven todos de vacaciones y la cosa esta como estaba. Los jueces  con todo a medias, que digo, si han desconectado como yo lo hago en vacaciones, necesitan un par de semanas para ponerse al día. Menos mal que los imputados no han parado de destruir pruebas, eso les aligera el trabajo. En el congreso como ya no saben que inventarse para marear la perdiz, hoy había goteras así los periodistas tienen otra cosa de que hablar. En cualquier caso otro gasto más para arreglarlas, a no ser que busquen un fontanero que no les haga factura para ahorrarse el IVA. Otro gasto que saldrá de nuestros bolsillos. ¡Qué exagerado ¡ diréis. Puede que exagere, pero es que he visto en la tele la magnitud de la gotera y he pensado en el último fontanero que me hizo una “ñapa”. Lo que no me negarán son las vacaciones que le hemos pagado al señor  Bárcenas, ya no se los meses que lleva sin dar brote y a pensión completa en Soto del Real. Para un tío que va en helicóptero a lo más alto de una montaña nevada para tirarse esquiando, la cárcel no debe entrañar ninguna dificultad y sobre todo a gastos pagados.
Que especie tan singular los políticos, no me fio de ninguno. Esto lo pienso desde hace unos años, reconozco que hubo un tiempo en que llegue a tener ideología, pero hace muuucho o incluso más. Ahora ni tengo afinidad política, ni creo en los políticos. Es que los oigo hablar y solo busco donde está la mentira, igual que en las ofertas esas que te venden como si fuera algo irrechazable. Me estás diciendo que voy a pagar menos luz pero que te tengo que enseñarte la factura, ya te digo, pues espera un momento que abarato el despido para crear empleo. Siento desilusionar a todos los que se lo han creído, pero no es cierto ni lo uno ni lo otro. Solo han convertido a muchos currantes en parados y a otros en esclavos. No digo todos, alguno habrá contento y más cuando no dejan de machacarles con que son unos privilegiados por seguir trabajando.
Hace poco me llegó el video de un señor que se está haciendo famoso, ya lo había visto en algún programa de TV, se llama Luis Galindo. Supongo que ya lo habréis visto, es del estilo de Intereconomia y tertulianos neoliberales, si lo escuchas te hipnotiza. Conmigo no ha podido porque como ya he dicho, no me fio de nadie. Me explico.
Lo resumo porque es una brasa. Va de charlatán americano, incluso me atrevería a decir  de predicador televisivo. ¿Donde se habrá metido este hombre estos últimos años? Lejos,  porque te atreves a hablarnos de optimismo inteligente, ver la vida con objetividad, intentar mejorar las cosas; ser un ejemplo de ilusión, vitalidad y pasión y extenderlo a nuestro entorno, a nuestra familia, nuestro trabajo. No te puedes conformar con vivir una vida menor de la que podías haber vivido. Y no te lo pierdas, lo argumenta poniendo de ejemplo a Nelson Mandela que en una celda de 2 X 2, intentaba estar a tope. También advierte que habrá quienes intentaran que no te ilusiones (no puede hablar de mí, no me conoce). Cambiar nuestra vida es cambiar nuestra actitud. Si piensas que lo que vas a hacer es imposible, ni lo intentaras. Si piensas que es difícil pero que lo puedes conseguir, a lo mejor lo consigues. Dice que tienes que ser la mejor versión de ti, inyectarnos de ilusión y ponernos objetivos ambiciosos pero alcanzables. Como coletilla cuenta que el futuro no está escrito, la persona que seremos dentro de dos, tres, cuatro años, depende de lo que empieces a hacer dentro de un rato.
¡Por Dios! Casi me convence. Le diré una cosa señor Luis Galindo:
--¡No me sale de los cojones!
Puede que haga algunas cosas de las que dice pero cuando me devuelvan mi dinero esos cabrones. Ya les gustaría, “objetivos ambiciosos, pero alcanzables” vamos, que me quede como estoy  y que de gracias encima. ¿Ilusión? Sí, tengo ilusión de ver a todos los políticos, banqueros, sindicalistas, etc. en la cárcel. Si todos  esos que seguramente les interesa mucho que le escuchemos, a ver si consigue engañarnos y pueden darnos latigazos en el trabajo, mientras les brindamos nuestra mejor sonrisa. Si, lo que viene a ser dar por el culo con vaselina. Y finalmente, claro que si, voy a ser la mejor versión de mi. Pero no en el trabajo, que se jodan que me han arruinado la vida y llevan camino de arruinármela más. Voy a ser la mejor versión de mí, para desearles que les parta un rayo, que sufran todas las desgracias posibles y que me hagan disfrutar  viendo como se hunden sus vidas.
Si señor Galindo, si en una película americana, en el momento más emotivo alguien da una palmada, el resto de energúmenos aplauden como posesos algo tan ridículo como la destrucción de una nave extraterrestre. Nos toman por tontos. A mí lo que más me emocionaría es que saliera el presidente del gobierno en un video diciéndome que me van a devolver el sueldo que cobraba hace tres años, que me van a bajar los impuestos y para resumirlo, que va a dejar de dar por el culo a los trabajadores de este país. Que van a devolver todo lo que han robado y que los políticos corruptos se pudrirán en la cárcel. Que no me amenazaran con despedirme y que los sindicatos trabajaran para lo que están, para defender a los trabajadores, no para joderlos a cambio de subvenciones.
Así podría decir un montón de cosas y si tuviera las virtudes de los charlatanes para hablar en público, incluso emocionaría al que me escuchase. Pero no me escucha nadie, están todos hipnotizados.
¿Qué ponga toda mi ilusión en el trabajo? ¿Qué sea la mejor versión de mí? ¡Ale ¡ Váyase un poquito a la mierda, hombre.
 Hay dos maneras de escuchar este tipo de artimañas para generar ilusión entre trabajadores de una empresa. La primera es como la escucho yo, siempre desconfiando de estos cabrones. La segunda como si estuvieras escuchando el discurso del presidente americano en la película Independence Day, cuando se preparan para atacar a los marcianos todos los países juntos, amigos y enemigos. Desde luego, ya no saben qué hacer.
Seré la mejor versión de mí, cambiare mi actitud. Voy a ser mas critico, mas cabrón, mas sinvergüenza y más malo, a ver si mi vida cambia.

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