oncontextmenu='return false' onkeydown='return false'>

miércoles, 4 de diciembre de 2013

LO LLEVAMOS CLARO



Creo que a estas alturas a nadie se le escapa decir alguna vez el tópico típico últimamente “vivimos tiempos delicados”. Todos somos conscientes del malestar de la ciudadanía del país provocado, principalmente, por la arrogancia, despilfarro y corrupción política. Hasta los mismos políticos son conscientes, pero nunca lo reconocerán abiertamente. Es habitual ver mareas de todos los colores manifestándose por las calles de las grandes ciudades o protestas pacificas multitudinarias en los alrededores del congreso o de ayuntamientos de toda la geografía nacional. Cada uno las ve a su manera y opinara sobre ellas según le afecte o no le afecte directamente. Tampoco quiero afirmar que todas afectan al ciudadano corriente, pero algunas protestas se refieren a la sanidad y creo que todos alguna vez la necesitamos. La pregunta del millón es ¿Cómo ven estas protestas y manifestaciones los políticos? Está claro interpretan el éxito de dichas protestas según les interese, manipulando las cifras de los asistentes. Hasta esto podría ser normal, según color que tenga el gobierno de ese momento, la manifestación tendrá más o menos asistentes según sea a favor o en contra de ese gobierno.
¿Qué está pasando en estos últimos tiempos? Bien, me remonto a las primeras elecciones que gano el PSOE de Zapatitos, allá por el 2004. Antes de las elecciones hubo un clamor popular contra la guerra que ideó Bush con la típica e incondicional ayuda de los ingleses y en, solo Dios sabe porque, el aun presidente Aznar vio posibilidades de negocio. Los detalles de aquella guerra ilegal ahora ya no importan, pero los métodos del gobierno del PP sí que vienen a cuento. Ante la multitud de manifestaciones y protestas en contra de aquella guerra, el gobierno del PP utilizaba el método sordo-ciego. Método muy funcional, sobre todo si se goza de mayoría absoluta. Mirar hacia otro lado, fingiendo no oír nada. Un plan que se trastocó un poco a causa de un terrible atentado. Justo antes de elecciones hubo un brutal atentado que lamentablemente segó la vida de más de 200 personas. Por más que se empeñaron en involucrar al grupo terrorista español más peligroso, no pudieron evitar que todo el mundo relacionase  muy pronto aquello, con las formas del terrorismo islámico. Casualmente había demasiada relación con aquella guerra en la que se coló Aznar y que todos le protestaban. Ojala retrocediera el tiempo y pudiéramos evitar el atentado, además de comprobar si hubiera afectado al resultado en las urnas de todas aquellas manifestaciones contrarias a la violencia bélica.
A lo que iba. ¿Qué ocurre ahora? El lema aquel de “NO A LA GUERRA” es poca cosa comparándolo con el malestar actual. La ciudadanía, por decirlo de alguna manera, se pasa los días en la calle protestando injusticias y reprochando medidas que se adoptan en contra del estado del bienestar. Algunos días se han convocado varias manifestaciones simultáneas. Escraches, huelgas y protestas frente a organismos públicos. Algo tan continúo que está provocando el mal funcionamiento del método sordo-ciego. Tanta gente protestando en la calle y algunos medios de comunicación tirando de hemeroteca, han acabado finalmente molestando en cierta manera al actual gobierno. Pero solo eso, una pequeña molestia, a pesar de las pruebas reales grabadas con la única intención de argumentar dichas protestas. Esto es muy peligroso electoralmente porque puede que incluso algunos fieles seguidores que tienen espabile y se dé cuenta de a qué clase de calaña les votó.
Para evitar este problemilla dentro de poco tiempo aprobaran la ley de seguridad ciudadana. No sirve de nada decir “si nadie lo remedia” porque tienen mayoría absoluta y se la sopla lo que digan los otros grupos. Sin ir más lejos, hace unos días en el congreso, hablando del anteproyecto de la ley, el señor Madina insto al ministro del interior a recapacitar, explicando que la única intención que parecía esconder la ley, era la de asustar a los ciudadanos para que no les molesten mas. El ministro contesto que lo único que daba miedo eran las tonterías que decía la oposición. El que tiene miedo soy yo, que aun les quedan dos años en el gobierno y no se sabe si los que vendrán serán peores.
Esto es irreversible. Me cuesta creer que viviré bastantes años para ver recuperados todos los derechos sociales y laborales que he perdido en estos años. Dudo incluso que lo vean nuestros hijos. En algunos aspectos sociales hemos retrocedido hasta tiempos de la dictadura franquista, es más, pienso que algunos derechos laborales no los hubiera recortado ni el mismísimo Caudillo. La mayoría absoluta liberal y conservadora, es muy rigurosa para los que no son de su condición. Más peligrosa aun si se pueden excusar en una crisis mundial. Que conste que no defiendo el lado opuesto, solo me quejo de lo que sufro actualmente. Si algún día dejo de quejarme espero que sea porque todo está bien (seguiré soñando). La prueba del peligro la tenemos al ver como estos liberales son capaces de aprobar, ellos solitos, una ley exprés para poder cerrar un canal autonómico.
Ahora  reforman la ley de huelga (lo referente a servicios mínimos) e impondrán su nueva ley de seguridad ciudadana. Esta ley, a mi parecer, atenta contra las libertades, pero lo que seguro conseguirán es que se les moleste poco. También conseguirán que nadie tenga pruebas de cualquier represión hacia los manifestantes. Por supuesto que es condenable cualquier tipo de violencia, pero cuanto nos queda a la gente pacífica para estar hasta los cojones. Cuanto aguantaremos sin ser nosotros los que tiremos las piedras como los anti sistema que enseñan en sus imágenes. No sé, no sé, con dos años por delante, aun pueden hundirnos un poco más.
Claramente ellos justificaran la ley, argumentándola a su manera para convencer a sus fieles e incondicionales seguidores.
Yo la voy a argumentar a mi manera. La ley, entre otras cosas, cambia la tipificación sobre cierto tipo de protestas sospechosamente condenables, además de circunstancias típicas que suelen producirse en el transcurso de las mismas, tratándolos como supuestos (violencia, insultos a policías, grabaciones de cargas policiales, etc.) Sin dejar de ser supuestos, hechos que antes acababan en calabozos policiales y burocracias judiciales, se transformarán en sanciones administrativas. Vamos, que se podrá ver agentes antidisturbios con porra y talonario de multas.
Yo de momento seguiré utilizando mi libertad de expresión mientras me dejen, porque no me puedo permitir mas multas. Como no creo que puedan esos chavales, o sus padres, que se enfrentan a los antidisturbios en las manifestaciones de estudiantes, aunque sea para defenderse de los porrazos, a no ser que sean hijos de políticos; en ese casi si podrían pagarlas con los sueldos de sus padres. De las multas más gordas creo que van a ser las que corresponden a los escraches. Esos pensionistas que se concentran delante de bancos o entran en plenos de ayuntamientos protestando por el dinero que les robaron con las preferentes. Si les quedó algo que no les robo el banco, tendrán que utilizarlo para pagar la multa. Algunas personas solo podrán permitirse una manifestación al mes o cada dos meses.
Sí, todo esto suena absurdo, pero solo si tienes su mentalidad. Si tienes la mía y la de muchos ciudadanos honrados, pensarás que esto solo es el principio para hacernos callar a todos los que molestamos.
Es para pensárselo por lo menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario