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domingo, 29 de diciembre de 2013

PERFUMES



Me pregunto porque todos los anuncios televisivos de perfumes están protagonizados por “chulazos y pibones” ¿Qué pasa, que los feos no nos perfumamos? Puedo comprender la dificultad de vender visualmente algo que solo se caracteriza por el olor. No descarto que alguien compre cierto perfume por la bonita forma del frasco que la contiene, pero creo que por norma general, la importancia del producto en cuestión es el olor. Pretenden que un gordo-calvo crea que si usa cierta colonia se le van a echar encima todas esas “chatis”. O que pueda estar sin camiseta y tener a su lado una de esas mujeres señalándole la tableta. Lo dudo, si yo me quito la camisa no se me ve la tableta, lo que se me ve es el turrón y del blando. Voy mas allá aun, si encima del perfume, pongo a los Kid Rock como música de fondo y agarro una copa al estilo deportista campeón, me van a rodear todas esas mujeres. Un momento, sobre este en concreto quiero decir que a mi parecer nadie cogería una copa de esa manera, tenéis razón, yo me he fijado en la forma de coger la copa que tiene el descerebrado del anuncio. Está claro que no hay que mirar ahí. Pues no lo entiendo, independientemente de hacia dónde tenga que mirar, yo sigo sin oler nada.
Desde aquí quiero reivindicar la falta de publicidad de perfumes protagonizadas por tíos normales o si me apuras, por un gordo-calvo. Quizás así, algunos nos sintiéramos más identificados y pensáramos que si te pones esa colonia ocurra realmente lo del anuncio. También lo veo mal, aunque las chicas también las elijan normales y  sin quitar la camiseta, cuando levante la copa se van a ver los “michelines”.
No quiero parecer sexista, dios me libre. Los anuncios de perfumes teóricamente para chicas también lo petan que te mueres. En principio, el fondo es el mismo. Raro es el anuncio de perfume femenino que no incluye chulazo también. O también debo pensar, si soy una chica normal, que al ponerme la colonia voy a tener éxito en una pasarela o voy a tener tanta vista para ver la tableta de un maromo, con lo lejos que esta mi ventana y la ventana del guaperas, al otro lado de la Quinta Avenida esquina con Madison, con 20 carriles para coches y las aceras de diez metros. Ademas de tener esa vista de halcón, que también la tenga él, sin hablar de la inteligencia necesaria para, solo con la posición de la ventana, saber en qué puerta vives y venir a buscarte. Buff!!! También lo veo mal. Te lo podrás imaginar al ver el anuncio si quieres, pero seguirás sin oler nada. Creo que el anuncio vende eso, un perfume. Espera, a lo mejor es un anuncio de manzanas. Por cierto, creo que ahora existen unos perfumes de imitación que, según dicen, se parecen bastante al original. Sin embargo, no recuerdo haber visto ningún “bellezón” anunciándolos. Puede que su calidad-precio, realmente no necesite de publicidad o puede que su efectividad solo este en la imaginación de las personas. Quién sabe.
Así es la publicidad. Es una herramienta para intentar vender un producto. Pero nadie me negara que se adivine mas sinceridad en una señora o señor normal, a los pies de los Picos de Europa, anunciando una marca de leche. Pues el fabricante seguro que tiene la misma intención de vender su producto y por la imagen tampoco se puede conocer el sabor. Da igual, no han tardado en incluir “chulazos y pibones” para publicitar cosas inverosímiles.
Ah!! Claro. Aquí reflexionando tontadas he descubierto cual es la verdadera intención de estos anuncios. La imagen. Tienes que vivir en ese mundo en el que es importante oler bien, no tener caspa ni rizos, conducir un bonito coche aunque sea con la familia y todo ello sin colesterol. Todo esto y más, aunque seas un asesino en serie con chocolatina alrededor del ombligo o seas el más feo conduciendo un tractor, a pesar de haber acabado una carrera en Oxford. Lamentablemente, vende más los abdominales que el doctorado, eso es incuestionable. Por supuesto, si te tienen que descuartizar, mejor que sea un chavalito musculoso y que huela bien, sin duda.
Bien, yo voy a vender un producto con publicidad imaginaria. El producto soy yo. Estoy sentado en una terraza, tomando un carajillo delante de un micrófono y rodeado de paparazzi. Levanto la mirada y de reojillo veo una chica que mira. Me acerco al micrófono y digo:
--No soy la persona que creéis que soy. Soy la imitación de George Clooney.
Valeeeeee!!!!! Este señor no anuncia perfume, pero el mensaje puede que sea otro. Que estoy como una cafetera y sigo sin oler nada.

Texto--mio
Foto---Google

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