Como mola esto del
capitalismo. La economía de libre mercado que da la posibilidad a cualquiera de
poder ser empresario. No como el comunismo, que todo era del estado y repartía
las migajas entre el pueblo, dando trabajo a todos, casa y todo lo necesario para
vivir, eso sí para vivir como un pobre que tiene lo básico. Nada de caprichitos
y mucho menos de lujos. Es así como solía contármelo mi padre, no sé si acertado
o no, porque yo no viví ningún régimen comunista y mi padre creo que tampoco,
solo alguna república creo y de muy pequeñito. Siempre recuerdo aquello que me
decía—Es que en Rusia, a nadie le falta de nada, todos tienen zapatos, ropa,
comida, casa…--- Conforme fui creciendo pensaba lo triste que sería llevar
todos los mismos zapatos, aunque no tuvieras que pagarlos o fueran muy baratos.
Puede ser que mi padre tampoco estuviera muy enterado y que esto no fuera
exactamente así. Era un simple trabajador del campo. Utilizo esta expresión
porque mi condición actual me impide llamarlo campesino (muy de izquierdas) o
agricultor (muy conservador).
Alguno está pensando ya que soy
un comunista o cuando menos un rojillo. Pues no, no lo soy. Y si me baso en las
explicaciones de mi padre, es porque quiero tener la libertad de poder elegirme
los zapatos por lo menos. Pero admito que tampoco me gusta la desproporción a
la que ha llegado la economía de libre mercado en nuestros días. Puede que sea
un pardillo y me conformo con tener un empleo remunerado sin aspirar a ser
emprendedor y tener mi propio negocio. Puede que “pardillo” no sea la palabra,
pero es la que se acerca más a como me siento, sin faltarme. La teoría sobre
esta economía no está mal pensada, sobre todo porque está basada en la libertad
de poder elegir lo que quieres. Pero conforme avanza el tiempo esta libertad se
ha ido transformando, el único que tiene la libertad es el poderoso. La
libertad de decidir cómo vas a vivir tu vida económicamente. Libertad de
controlarte, tenerte acojonado o darte vidilla. Libertad de manipularte.
Libertad de hacerse súper mega rico o simplemente enriquecerse. Y lo más
importante libertad para elegir quienes serán los poderosos o lo que es lo
mismo, sus compañeros afines para explotarnos. Me explico:
A mi parecer existen dos
bandos sociales. En el BANDO 1 están los que son más o menos poderosos y en el
BANDO 2 los que no lo son, ni lo serán por mucho que se esfuercen. Insisto en
que no soy comunista, que enseguida se aprovecha cualquier libertad de expresión
para decir “¡que viene el coco!”. Pero si puedo asegurar que no estoy en el
primer bando de los dos que he nombrado.
La falta de control ha
provocado que los del BANDO 1 les domine el ansia y solo quieran tener mas y
mas, para ser más poderosos aun. También que algunos del BANDO 2 se desvivan
para cambiar de bando, volviéndose sinvergüenzas, ladrones, corruptos y
explotadores, entre otras cosas más feas. Al final, son solo los del BANDO 1
los que se benefician de cualquier situación y como tienen tanto poder, sobre
la marcha irán decidiendo que hacen contigo. Si ganan mucho, te darán dos
caramelitos. Si ganan menos, te darán solo uno. Si sus beneficios empiezan a
ser limitados, algún día te quitarán el caramelito. De momento, la única
diferencia que veo de aquel comunismo que me explicaba mi padre, es que ahora
son mas a beneficiarse. Esta avaricia y ansia, provoca “petardazos” en el
sistema, cada cierto tiempo. Se han bautizado como crisis y solo perjudican
mayormente a los que están en el BANDO 2.
Solo quiero argumentar, en
mi opinión, cual es uno de los granitos de arena que aportamos
inconscientemente para ayudarles en la tarea de seguir teniendo beneficios
abundantes, pase lo que pase. Y antes de continuar daré la prueba de que no soy
un comunista. Estoy consciente e inevitablemente, atrapado en el sistema
capitalista, mi cerebro ha absorbido satisfactoriamente el materialismo y lo
alimento con el consumo de bienes innecesarios cuando se dan las variables
adecuadas (dinero para malgastar principalmente) y además, permito que lo hagan
todos los miembros de la familia. Notoriamente, tengo poco de comunista.
Seria de tontos pensar que
los poderosos, no se dan cuenta de cuando se acerca el próximo “petardazo”. Lo
saben y también intuyen sus consecuencias. Si me apuras, las primeras veces les
pilló un poco de sorpresa y alguno acabó tirándose por la ventana. Ahora no,
ahora nos tiramos nosotros. Los poderosos se inventan argucias para seguir
cosechando riqueza.
Para esta crisis se
inventaron algo que, con nuestra ayuda, difícilmente será diferente en el
futuro. Digo difícilmente, porque es donde aportamos nuestro granito de arena
inconscientemente. Se trata del sírvase usted mismo. Además creo que empezó en
los bancos y no es lo que estáis pensando. Nunca habéis visto a un jubilado en
el cajero automático de un banco, lamentándose de no entender cómo funciona y
verse obligado, porque lo ha enviado allí
el empleado de ventanilla. Los bancos mejor que nadie vieron llegar esta crisis
y esta fue una de sus primeras medidas de tapadillo para seguir maquillando
cuentas. Necesito menos empleados lo que significa que tengo menos gastos. Lo
peor es que colaboramos, el empleado que no tiene más remedio para conservar el
empleo y nosotros porque les seguimos el juego animados por la comodidad y
rapidez. Pero alguien me puede explicar donde está la comodidad y rapidez de
ponerme yo la gasolina, si ni siquiera es más barata. La misma gasolinera, hay días
que tiene un empleado que te pone la gasolina y me cuesta el mismo dinero. Pues
yo prefiero que me la ponga el empleado, pero el dueño prefiere que te la
pongas tú. Menos empleados significan menos gastos. Aun así vamos y nos la
ponemos, porque el sistema provoca que necesitemos esa gasolina. De otra manera,
sin necesitarlo, nos vamos a comer a un sitio que nos cogemos nosotros mismos
la comida. ¿Para qué? Pues no lo sé exactamente. Puede que para comer como
cerdos o más de lo que podemos por si esa noche se acaba el mundo, que nos
pille con la tripa llena. Hinchado de pasta estará el dueño aprovechando
nuestra gula y los gastos que se ahorra porque te sirves tu mismo la comida.
Cualquier día la cocinaremos nosotros también o incluso fregar los platos. Da
igual, seguiremos yendo a pesar de todo. O por comodidad y rapidez, acabaremos
haciendo todo tipo de gestiones y compras por internet, así además de los
gastos de plantilla se reducen gastos de logística.
Si nos vamos a lo público,
es parecido. Algo que se debería de mantener con el dinero de todos. Con el
dinero de los integrantes de los dos bandos que he mencionado para ser más
concretos, resulta que no se mantiene. Situación provocada también por los
poderosos para poder ingresar por estas vías, si hay oportunidad. El saqueo ha
provocado que se tomen medidas drásticas de las que no voy a hablar, porque
estoy cansado de hablar de recortes. Antes nos machacaban con lo de no auto
medicarse, sorprendentemente ahora ya da igual. Sera porque si no vas al médico
mejor, si están las consultas vacías será una buena excusa para recortar
trabajadores, aunque también valdría para ahorrarse lo que costaba el anuncio.
O como en el banco, el que te vende el billete para viajar en tren o metro, empezó mandándote a una maquina a
comprarlo, para acabar él en su casa y en el paro. De haberlo sabido, podría haberse
negado desde un principio, si al final iba a perder su trabajo de todas formas.
En general todo esto es
ahorro para empresario o gestor público. Peor para el servicio que prestan,
pero lo enmascaran con argucias y encima nosotros colaboramos hablándole a una
maquina, como si fuéramos gilipollas, para reclamar un sablazo en la factura.
Allá donde mires hay un SIRVASE USTED MISMO,
pero no podrás ver ningún cartelito, lo llevas escrito en tu cerebro. Ya no hay
vuelta atrás.
Foto-- Google
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