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sábado, 6 de julio de 2013

MEMORIAS DE UN EX-FERROVIARIO





                      
                         
Últimamente pienso en numerosas ocasiones en el término “ESPIRITU FERROVIARIO” ¿Porque? No sabría responder. ¡Espíritu ferroviario! ¿Qué es? ¿Cómo se manifiesta? ¿Quién lo posee? y también ¿Dónde ha ido ha parar?
Definir el termino no es demasiado complicado si lo hacemos de manera superficial.Es “esa sencacion”que llevan dentro las personas que directa o indirectamente están relacionadas con el ferrocarril, por trabajo o por aficion.Hace 20 años esto era cierto (con alguna excepción).en la actualidad no valdría esta definición.
Hoy en día algunas personas poseen el espíritu en cuestión y no lo saben (pocos) o incluso lo olvidaron. Otros lo adquieren mediante una afición relacionada con el ferrocarril (foto, pintura, etc.), en este caso no llega a desarrollarse al máximo. Todos los que no tienen espíritu ferroviario puede que ni siquiera sepan de que estoy hablando.Voy a intentar explicarme mejor.
El verdadero “ESPIRITU FERROVIARIO” se nota cuando te atrapa. El de verdad, el que he definido antes; no el entusiasmo que demuestra el niño al ver pasar el tren.Todos los niños demuestran ilusión ante el paso de un tren. Qué curioso.
De repente, me fui a Valencia, mí Tierra.Fui a trabajar en un ferrocarril también. Al principio no note muchos cambios, pero poco a poco las sensaciones no eran las mismas.Quizás las personas, la manera de trabajar o mejor dicho, el ambiente en general.
Yo empecé ha notarlo en el año 1985,cuando un señor de apellido Escandell,nos daba clases sobre el ferrocarril en general.Cosas que ahora parecen simples como catenaria,feeder o cable sustentador, andén o locomotora diesel, te hacían pensar en cosas para tu futuro.Poco a poco aquello iba a más.Lo mas importante fue que empecé a relacionarme con personas que tenían el espíritu ferroviario a flor de piel.Entonces lo vi claro; estaba pillado, pero no me dolía, al contrario, me gustaba.Segun pasaba el tiempo la sensación era más fuerte, podía notarlo en el aire que respiraba.
En la actualidad, me encuentro en situaciones laborales, en las que me busco el ESPIRITU y no hay manera. ¿Que me ha podido pasar? ¿Donde esta mi ESPIRITU FERROVIARIO que un día me dio ilusión y satisfacciones? Lamentablemente se ha esfumado. Lo prefiero así porque si algún día de rebote, lo encuentro, descubriré que no vale para nada. En el ferrocarril que trabajo ahora, se ha cambiado el ESPIRITU FERROVIARIO por “LA SATISFACCION DEL DEBER CUMPLIDO” Este término no convence ni a un albañil (con todos los respetos hacia ese oficio) No convence pero, al fin y al cabo, nos da de comer; que es lo más importante.
Por ejemplo, donde mas notaríamos el ESPIRITU FERROVIARIO seria:
Al calentar una cazuela de judías en el motor de una locomotora diesel 1600 monocabina. Al saltar en marcha de un tren de mercancías a 40 Km/h para tirar de la palanca del aire de chola cuando la última tolva de carbón libre la aguja. Arriesgar partes del cuerpo o incluso la vida al subir en cola de un tren cargado con bobinas de hierro que viene empujando una locomotora por el otro lado. Bajar a poner piedrecillas en la vía entre Aranguren y Traslaviña, porque se le ha acabado la arena a la locomotora y patina. Salir de la estación de Collanzo (Línea Oviedo-Collanzo) con un hacha, en prevision, por si hay que quitar obstáculos de la vía. Andar por el monte, oyendo los lobos (bueno quizás lo imaginaba, pero lo cierto es que monte era y muy oscuro); para buscar algo de civilización, para avisar en Navia de la avería de un tren. La avería era entre Loza y Cartavio (Línea Oviedo-Ferrol) y Navia era la estación abierta mas cercana a 5 Km.Esperar cuatro horas en Altos Hornos de Vizcaya para que vacíen las tolvas con mineral de hierro que traíamos en el tren de mercancías. O ¡qué demonios! bajar a la cantina de la estacion, maquinista, interventor en ruta, ayudante de maquinista y el agente de tren de un tren de viajeros mientras esperábamos el cruce con un tren de mercancías.
Aquello era sabor autentico a ferrocarril. La mitad de cosas se las ha cargado la telefonía móvil y la otra mitad,  la forma de trabajar en el ¿ferrocarril? que estoy ahora.
No me queda ni una pizca de ESPIRITU FERROVIARIO.Que pena más grande.

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