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lunes, 12 de agosto de 2013

INVASION GERMANICA



El tratado de Versalles fue el colofón de la primera gran guerra de la era moderna. El final del expansionismo que estaban llevando a cabo varios imperios, entre ellos el alemán.  Alemania creyó que como los aliados vencedores no habían conseguido entrar en su imperio, la firma del tratado no les perjudicaría en gran medida, a pesar de ser uno de los vencidos en el conflicto bélico. Se equivocaron,  Alemania perdió sus colonias y territorios en las esquinas del país. Esto creo un malestar al pueblo alemán. Se culpó a los grupos políticos que empujaron la caída de la monarquía y la posterior crisis económica en la que se vio inmersa Alemania. Firmaron un armisticio que les condenaba a bloqueos económicos e indemnizaciones de guerra. Una cosa que hasta los niños entenderían, “bloqueo económico, no  voy a tener dinero para pagar indemnizaciones”. Este hecho se convirtió para los alemanes en la leyenda de la puñalada en la espalda. Los militares empezaron a culpar a socialistas, comunistas y judíos. Entre tanta crispación, un partido político de provincias (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) desconocido a nivel nacional, ejecuto un golpe de estado en Múnich pero fue sofocado enseguida. Sirvió para dar a conocer a Adolf Hitler, un personaje ruin que con la excusa de la ruina económica, convenció a una nación para lanzarse a la conquista mundial sin compasión. Cometiendo unas barbaridades aterradoras para conseguir su objetivo” si no puedo comprar ni vender a ningún país, los invado y no me preocupo”. Tanta atrocidad, puso a todos en su contra y otra vez volvieron a perder la guerra. Las consecuencias para Alemania fueron importantes, pero el clamor general era que se lo habían buscado.
Cuando consiguieron acabar con Hitler, las potencias vencedoras desmembraron Alemania partiéndola en dos mediante un muro. En un lado quedo la parte comunista influenciada por los soviéticos y en el otro los capitalistas, capitaneados por EEUU. El muro separo familias, amigos  y sentimientos durante 28 años, hasta el año 1989.
Durante décadas es innegable que muchas generaciones de alemanes, han nacido, vivido y educado a sus hijos, con una mentalidad condicionada por todas estas circunstancias, perder dos grandes guerras y las consecuencias que conllevan las derrotas. Independientemente de la opinión que tuvieran sobre los conflictos.
En algún escalón de esas generaciones esta la señora Merkel, que tiene nombre de detergente que lava más blanco. Que no se preocupe nadie,  esta señora joderá a quien haga falta para no perder la guerra actual bajo ningún concepto. Vivimos una tercera guerra mundial pero sin ningún tipo de armas, ni aparente violencia. Yo lo llamaría guerra civil capitalista. El capitalismo se ha extendido por todo el mundo y la especulación  unida a un mal uso del sistema, han llevado a la ruina a muchos países. Alemania lo ha tenido fácil, un buen control de las finanzas, le colocan en una posición privilegiada para librar la batalla. Agazapada, ha observado como el marido de Carla, Silvio, el chaval de la ceja y otros líderes mundiales crecían sin control, despilfarrando el dinero público y amañando chanchullos financieros. EEUU se hundió solito con la caída de Lehman Brothers, arrastrando a un montón de países. Pocos países, entre ellos China, aguantaron  la bomba financiera, quizás  porque poseía una gran parte de la deuda americana. En Europa no tardó en llegar el efecto domino. Se fue a pique Grecia, con unas artimañas bursátiles complejas y le siguieron Portugal, Italia, Irlanda y porque no decirlo, España también. Pronto, Ángela comenzó a manejar el cotarro con gran facilidad. Líderes europeos, cuestionados y corruptos, fueron blanco fácil para el ataque alemán. Su principal arma, la austeridad. Con ella a convencido a todos estos tontacos de que es lo mejor para la economía. Correcto, pero lo mejor para la economía alemana. Está demostrado que no ha solucionado gran cosa, solo el tesoro alemán, que cada vez es más grande. Han invadido países (Grecia, Chipre, etc.) y lo han llamado rescate, según la unión europea. Está claro quién marca las reglas.
Recuerdo que una vez le pregunte a mi padre que hubiera pasado si Alemania hubiera ganado la segunda guerra mundial, me respondió que en ese caso yo sería alemán. No soy alemán, pero me estoy pensando aprender el idioma, por si acaso. Podría resultarme sencillo, parece que hablen como si estuvieran siempre enfadados, como yo.
Propongo contraatacar, pero no con la legión,  elite de nuestro ejército, sino con la cabra. De esta forma podemos matarlos de risa. Queda más español, sin duda.

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