A principios de Agosto se me ocurrió recordar un poco la
historia de Alemania en los últimos cien años. Siempre matizando que solo se
trataba de mi opinión, intentaba explicar algunos pensamientos que rondan en mi
cabeza. En concreto, que es inevitable
para muchas generaciones alemanas, pasar por alto sin más, todos esos
acontecimientos históricos. Incluía a la señora Merkel como individuo
perteneciente a esas generaciones y con la empanada mental que me caracteriza,
imaginé una banal similitud, entre el poder que ostenta actualmente en el
escenario de crisis económica mundial que vivimos y las derrotas bélicas
alemanas de la historia.
Lejos de retractarme, lo que quiero es darle las gracias
a la señora Merkel. Gracias por obligarme a decir eso que tanto me gusta ¡ves,
te lo dije! Su visita a Dachau en plena campaña electoral, me hace pensar que
no iba tan desencaminado. Para el que no lo sepa, en Dachau estaba el único campo de concentración que funcionó
durante los 12 años de dictadura de Hitler. Sirvió de modelo para el sistema de
exterminio organizado en la Alemania nazi. En el portón de la entrada se podía
leer la inscripción infame “El trabajo
os hará libres”. Menudo revuelo se ha formado, a pesar de que normalmente, en
este tipo de actos siempre hay buenas intenciones. Pero más raro es que haya
sido invitada por un judío, Max Mannheimer, que sobrevivió al holocausto.
Sí, sí, yo divago y extrapolo. ¿Judíos y dinero? Esta claro que seran maniobras politicas para volver a ganar las elecciones.Tambien puede ser que me este volviendo majareta (tiene mas credibilidad), pero te aseguro que a veces me asusto a mí mismo. Gracias
Merkel, prueba casi conseguida.
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