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lunes, 28 de octubre de 2013

EL POLIZON



Todos los años, cuando llega el mes de marzo, Valencia  se transforma. La misma ciudad con algo en el ambiente que la hace diferente, más viva. Puede que lo provoque la inminente llegada de la primavera o que desde el primer día del mes se puede disfrutar de una mascletá diaria en la plaza del Ayuntamiento. A esto se le irán sumando, según avanza el mes, diferentes actos y celebraciones que acabaran el 19 de marzo en un día de fiesta en honor a San José. “Che” Lo que los valencianos llamamos las fallas, símbolo de la ciudad a nivel nacional e internacional. Días con cabalgatas, mascletás, ofrenda de flores a la Virgen; una verdadera vorágine de fiesta colorida y ruidosa. Hay una cabalgata nocturna el sábado anterior a la semana fallera, la llaman cabalgata folclórica. Metrovalencia  amplia su servicio esa noche pues acaba  después del servicio regular de trenes, de  esta forma las personas que la han disfrutado pueden retrasar un poco su vuelta a casa. Algunos de los últimos trenes que  se retiran al depósito prolongan su recorrido hasta el final del trayecto y desde allí vuelven sin recoger viajeros.

El año pasado (2010) hice una prolongación desde Marítimo-Serrería hasta Torrent Avinguda trabajando como maquinista. Recogí más viajeros de los que me esperaba, sobretodo en la estación de Alameda, generalmente familias al completo por lo que fue un viaje de lo más tranquilo, salvo algún llanto infantil detrás de la cabina y poco más. El pasaje iba bajando ordenadamente conforme llegaba a los andenes, desiertos a esas horas, hasta llegar a Torrent Avinguda donde el tren quedó vacío.
Como normalmente hago cuando tengo que retirar un tren como material vacío, comprobé que no quedaba nadie dentro del tren, cerré las puertas y apagué las luces interiores. Mientras observaba como las pocas personas que quedaban por el andén se dirigían a las escaleras mecánicas que dan a la calle, cambié de cabina caminando por dentro del tren atento a cualquier anormalidad. Con las luces apagadas pero no a oscuras porque el anden estaba iluminado. Ya en la otra cabina y con cartel de “SIN SERVICIO” emprendí la marcha en dirección a Talleres Machado con la esperanza de encontrarme todas las señales en verde y tratando de aprovechar la buena aceleración de la unidad Vossloh de cinco coches. Entrando en Patraix recibo una llamada del Puesto de Mando por el tren tierra, me temí lo peor. Me advertían que tenía que parar en Joaquín Sorolla porque los agentes de Valencia Sud habían visto un individuo que iba en el tren --¿Cómo?-- Eso no podía ser, había cambiado de cabina por dentro del tren, lo hubiera pillado seguro --¡No hombre no!-- Viajaba en el tope de cola, lo habían comprobado con las cámaras de seguridad de Safranar. Yo no lo veía, pero me lo imaginaba montado en el tope como un jinete en su caballo sin más riendas que la varilla del limpiaparabrisas del frontis trasero. Cualquier otra postura o posición era muy peligrosa sabiendo que seguramente se había instalado el la plataforma diminuta del tope en Torrent Avinguda, mientras cambiaba de cabina. Digo seguramente, porque no había parado desde entonces, ni siquiera en ninguna señal y por supuesto era imposible subir en marcha. Las órdenes eran claras. Cuando parara debía evitar que esta persona se marchara hacia el túnel. Estacioné y salí raudo al andén de Joaquín Sorolla por la puerta de la cabina. No me dio tiempo a nada, solo pude ver como saltaba las canceladoras de billetes y por el ascensor se dirigía hacia la calle, aunque lo más probable es que estuviera cerrada. Como mínimo encontraría los vigilantes de seguridad. Por la prisa que tenía estaba claro que se había pasado de parada ¿Qué le llevó a realizar semejante hazaña? A la cabalgata ya llegaba tarde. Fue una apuesta o quizás era un amante de los toros mecánicos ¿Quería inventar el “Train Surf” como nuevo deporte de riesgo? Nada de eso, mi experiencia me dice que solo quería viajar gratis y podría haberse matado. Agujas desviadas, paso por andenes, tramos con velocidad de 80km/h; siento terror cada vez que lo pienso. Hay gente capaz de cualquier cosa con tal de no pagar el billete.

Autor-- --- Miguel Bou
Dibujos--- Lope Troya


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