Aquí se puede ver el momento en el que recibo uno de los
cinco premios literarios que he conseguido hasta ahora. No recuerdo de que año
es, sé que no es de los primeros que me dieron porque no parezco muy ilusionado
y seguro que se trata de uno de los que quede del tercero al sexto. Estos, a
pesar de tener la oportunidad de estar en el libro que después publicarían con
los premiados, no contaban con premio monetario. En la foto se puede apreciar
que lo único que llevo en la mano es el maletín señora pepís con el que
obsequiaban a los finalistas (perdedores), además de un diploma inútil. Los
años de vacas gordas los tres primeros recibían un cheque del Monopoly pero el
último año que quede segundo, el cheque era sin fondos. En fin, por sacar algo
positivo, debo agradecer a algunos individuos que salen en la foto la
posibilidad de iniciar una afición que sigo desarrollando actualmente. Se trata
de la afición de escribir tonterías, para por lo menos liberar algo de energía
negativa.
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