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martes, 29 de octubre de 2013

LA ABUBILLA



Después de varios meses creyéndome un incomprendido, incapaz de encontrar el mínimo sentido común entre las personas que me rodean en el trabajo e impotente ante la ausencia de inspiración dulce que me ayude a pensar en cosas amenas para obviar toda la escoria que me rodea y olvidar como me han hundido la vida. Me han convertido en un esclavo para poder recuperar el dinero que ellos han malgastado. Por fin empiezo a notar buenas vibraciones. Definitivamente empiezo a ver gente cabreada, que no significa que antes no lo estuvieran, pero no lo decían en voz alta. Observo y escucho como discuten entre ellos, culpando a sus representantes y a la empresa de las penurias que se avecinan a nivel laboral, sobre todo en estos días de fallas que se acercan. Mantengo la calma sin alterarme como ellos, cansado de estar cabreado y harto de repetir siempre lo mismo. Qué triste es admitir que me reconforta verlos así, sobre todo porque debería estar igual que ellos. Me da igual todo, noto que voy recuperando el buen rollito. Para celebrarlo y en gratitud a mi compañera de viaje Raquel, que ha tenido que sufrir mis caras largas y cabreos sin tener culpa alguna, me voy a contar a mi mismo una bonita historia, pero de dos maneras. La normal y como la contaría uno de mi pueblo.
VIDA Y COSTUMBRES DE LA ABUBILLA.
Queridos amiguitos, la abubilla es un ave muy bonita y que también suele llamarse puput o alpalput por la zona de la Safor. Abunda por toda la geografía española. Tiene un volar armonioso y una cresta que la convierte en majestuosa. Su plumaje es de color pardo y sus alas y cola suelen tener franjas blancas y negras. Es habitual verla andar por el suelo ya que generalmente es donde se alimenta, introduciendo su largo pico en excrementos para conseguir gusanos que son básicamente su alimentación.
Ahora como la contaría el de mi pueblo que a pesar de conocer sus características cuando veía uno de estos pájaros voceaba, mientras hacía aspavientos:
“¡mirad, mirad, un comemierda”
MORALEJA.
Un barrio rico de Madrid.

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