¿Alguien conoce al cartero que reparte por su barrio? Me
refiero a conocerlo por su trabajo, no porque sea amiguete y el domingo salgáis
juntos con la bici. Si lo conoces por su trabajo mal asunto. Ahora los carteros
solo te traen a la puerta de casa cartas certificadas. Las cartas certificadas
generalmente solo traen multas o notificaciones malas (hacienda, juzgado,
etc.). Sin quererlo son los mensajeros del miedo y acaban convirtiéndose normalmente
en tu verdugo. También serán ellos los que te traerán la resolución final de
las multas o la última notificación donde te indican que ya no puedes hacer más
alegaciones y tienes que pagar.
Pero ¿qué culpa tiene ese pobre señor que hace años aprobó
unas oposiciones para funcionario de correos? No tiene ninguna culpa pero no
quiero estar en su pellejo. Verdaderamente casi siempre entrega, en persona,
malas noticias y el que las recibe puede ser un tío con muy mala leche.
Antiguamente repartían alguna carta de amor o de algún hijo que estaba en la
mili. Se le esperaba ansioso, incluso se le preguntaba diariamente—Traes algo para
mí—cuando esperabas noticias de algún familiar o algo parecido. Actualmente,
simplemente con sonar el interfono de la calle, te acercas rezando que no sea
el cartero y que no diga las palabras malditas—carta certificada—Te cagas en “tosusmuertos”
pero con todo el cariño del mundo, ya que ese señor no tiene culpa de nada.
Esta conversación la tuve con el cartero que reparte por
mi barrio. Es un señor normal y con aspecto de buena persona. Ya en los últimos
días le notaba yo que cuando me subía la carta certificada se le notaba un pelín
atemorizado. Al principio de conocerle siempre me decía aquello de --¡es de tráfico,
seguramente una multa! O ¡Es de hacienda!—Ahora solo calla y me mira
preocupado. No pasa nada, pero hasta el se ha dado cuenta que me ha traído
demasiadas malas noticias. El día que hablé con él, le dije que no se
preocupara por la cara de mala ostia con que le recibía habitualmente no tenía
nada que ver con él, que solo estaba cabreado con mi continua mala suerte y
porque mi cara es así, que le voy a
hacer. Pero en un intento de aliviar tensión le dije que no estaría mal recibir
alguna vez una carta de amor o de algún familiar lejano que desconozco, avisándome
del cobro de una posible herencia. Me volvió a mirar y con una ligera sonrisa
me contesto—esas no vendrían certificadas—Claro, hace años que no reparten
cartas de ese tipo. Todo lo que podía llegarte o se podía decir con aquel tipo
de cartas, ahora se hace por teléfono, Email, whatsapp, redes sociales, etc.
Un abrazo para mi cartero y espero que continúe repartiéndome
malas noticias, pero a ser posible no tan a menudo. ¿Por qué digo esto? Buena
pregunta, después de ponerlo a parir digo esto. Pues sí, lo digo porque no
quiero imaginar el día que te puedan notificar un embargo por whatsapp o Email.
Dios nos pille confesados.
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