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domingo, 10 de noviembre de 2013

ETERNO FINALISTA- EL COMIENZO



A  finales del año que recibí el segundo premio en el concurso literario, presentaron otra convocatoria allá por el mes de octubre. En el acto de entrega del premio que en realidad pertenecía al 2007, cometí un error muy típico en mí.  Dije sin cortarme  lo que pensaba. Delante de todos los jefes trajeados y el ganador de un Goya (cortometraje) que habían invitado al acto. Me pidieron que escribiera algo  como prologo a mi relato,  para confeccionar un libro con todos los relatos ganadores. El relato pretendía ser una anécdota ferroviaria pero en realidad era un cabreo ferroviario, que nunca pensé que ganaría nada y mucho menos, que fueran a hacer un libro. Metí la pata cuando les dije que solo me había presentado al concurso por la pasta. Que querían, era la verdad. Posteriormente fui aprendiendo a decir lo que querían oír, pero no sirvió de mucho. Desde entonces solo me permitieron ser finalista o lo que es lo mismo, premiado  sin regalito monetario. No podían evitar incluirme en la edición de su libro, lo que me sirvió para aumentar un poco más mi ego. Cuando todos podían acceder al libro, recibía bastantes apoyos argumentando que no entendían como podían haber quedado por delante de mí,  otros relatos peores. Hay gustos para todo, pero mi ego es mi ego. Aprendí que si te codeas con gente del mundo conservador, hay que tener cuidado con lo dices. Piensa bien antes si no quieres cagarla, pero es que yo no lo puedo evitar, por eso me va como me va.
En los siguientes años me presente a tres convocatorias más. En la primera ocurrió lo que se puede ver en la foto.

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