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martes, 19 de noviembre de 2013

EL TIO DEL LATIGO



Como siempre que tengo reserva, entre caminata y caminata para hacer maniobras, llega a mis manos la hoja parroquial, conocido también como Boletín de recursos inhumanos. Ya he tratado este tema alguna otra vez.
Hoy he desgastado tontamente mis huellas dactilares con el correspondiente al mes de noviembre. Solo me he quedado con un par de cositas relativas a lo del convenio y a lo de la nueva estrategia. Que poco me gustan los estrategas, yo soy más de disparar a saco y llevármelo todo por delante. A estas alturas dudo que exista alguien que le dé demasiada importancia a estas comidas de cabeza, pero ellos lo siguen intentando con una selectividad asombrosa en el uso de los vocablos.
Consideran EXIGIBLE y CONVENIENTE por ambas partes, afrontar con responsabilidad asuntos de la negociación como “distribución irregular de la jornada” “nueva clasificación profesional (estructura salarial, cambio de puesto) y sobre todo, regular los derechos de reingreso por incapacidad (ningún derecho a ser posible). Claro, todo esto implica cambios necesarios que deben ser analizados y consensuados. Esto es, resumido y a mi manera, el bruto del colegio que a la hora del patio, elige cuidadosamente a sus víctimas y les EXIGIA que le dieran el bocadillo, porque era lo más CONVENIENTE para no llevarse un sopapo. Era un cambio necesario, el que sufría el bocadillo, el que se quedaba sin él y el bruto que acababa comiéndoselo. Analizado y consensuado para evitar un sopapo.
Intentan venderme la nueva estrategia con el recurrente método, muy famoso últimamente, del charlatán “personal cátcher trainer”. Predicando que necesitan la mejor versión de ti mismo, constancia absoluta, confianza y estar satisfechos por el trabajo bien hecho. El trabajo bien hecho yo prefiero que me lo paguen como realmente vale, independientemente que yo esté satisfecho o no. Y espera, lo mas flipante, hay que estar satisfecho de nuestra Administración tutelante. Ya lo sabéis, tenemos que demostrar que se puede contar con cada uno de nosotros, VALORANDO  lo que tenemos y encima, aportar todo lo que puedas para que la empresa sea más eficiente.
Bla, bla, bla, la misma brasa de siempre con algunas palabras inventadas. La palabra tutelante no existe como tal, aunque ellos seguramente querrán darle un sentido relativo a “tutelar”. Yo creo que al decir Administración tutelante, se refieren al gobierno valenciano, por lo de los presupuestos y tal. Y si, lo está haciendo muy bien, despilfarrando en cosas más importantes que el transporte público. Si hay alguien que no le gusta, que sepa que es así porque no hay más remedio.
Insisten, VALORA lo que tienes (a mi me suena a amenaza), porque si te quejas mucho, mal asunto. Da gracias que conservas tu puesto y ni se te ocurra criticar que te bajamos el sueldo puesto que es para paliar las alternancias en la coyuntura económica, buscando el equilibrio y la estabilidad presupuestaria.
¡Burjsbleobed! Alguno ya se ha perdido, pues nada ya te lo explico yo a mi manera para que lo entiendas mejor.
“Movimiento estratégico” Han estado despilfarrando a troche y moche y por consiguiente alguien les ha dicho que ya está bien, no hay pasta y bajamos presupuesto. Todo lo que piensan las personas sensatas que podrían reducir gastos inútiles y funcionar mejor, les importa un bledo. A los directivos no les tiene que cambiar la vida una obligada estabilidad presupuestaria, por eso se lo quitaran a los trabajadores. Que se aguanten por haber vivido por encima de sus posibilidades. Se inventan lo del movimiento estratégico y hacen los cambios que les da la gana, jodiendo al trabajador, intentado dañar lo menos posible la cúpula directiva. Nos cuentan la película con palabras abstractas y frases rebuscadas pareciendo decir algo poco temeroso.
Cierto, no debería leerlo, como hacen la mayoría de compañeros. Pero debido a un problema mental que arrastro desde hace tiempo, me pone mucho leer estas sandeces. Me abren el espíritu empujándome a entenderlas a mi manera. ¿Seré un desconfiado? Puede, pero no suelo equivocarme mucho. Lo que me preocupa es ser el único desconfiado.
Parece ser que en sus cambios de puesto y estrategias diversas, pretenden crear una nueva categoría profesional. Se trata de la figura de “El tío de látigo”. No está claro quienes podrán optar a esta categoría, ni cuál será su nivel salarial. Creo que se las repartirán unos cuantos sinvergüenzas que viven del cuento, afines al partido y que estén carentes de escrúpulos. Qué pena, no me podre presentar, pero estoy seguro que pronto tendré a uno de ellos atizándome cerca. Lo digo porque yo aun soy de esos pocos que trabajamos. Sin olvidarme de dar la mejor versión de mi y con la más grande de mis sonrisas.
Pero a latigazo limpio.

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